Desde que los ministros del nuevo gobierno, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didàcticamente los porquès de la demoliciòn del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aqui un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continùe siendo gratuita yse expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derachos de los trabajadores y se penaliza al juvilado y al enfermo para protejer a los colectivos màs vulnerables. En cuanto a la educaciòn, ponemos las tasas universitarias por las nuves pare defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatizaciòn para que continùe siendo pùblica. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden pùblico amnistiamos a los delicuentes grades, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la càrcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, si, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca: Dentro de esta lògica implacable, huimos de los periodistas para no dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para respoder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrà en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten màs baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberania. A no tardar mucho, quizà dispongamos que los aviones salgan con màs retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la informaciòn es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. Anadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.
Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir. Es la forma màs vergonzosa de manipulàr el lengueje de nuestros dirigentes. Asì nos luce el pelo. Y por si no quedara lo suficientemente adornado el panora pàtrio. Ahì tenemos al Presidente del Tribunal Supremo Sr Dìvar de vacaciones en Marbella con gastos a cargo de la instituciòn que preside. Y por ùltimo el Sr Fernandez Ordoñez Presidente del Banco de España, este señor que los cinco o seis años que lleba en el cargo, tiene una obsesiòn, la moderaciòn salarial, si, si conlo que tenia en su mesa, pero ya se ve que mirava para otro lado... Bueno os dejo amigos. Haber que dice el Sr Vargas LLosa que està en la TV Un abrazo... Lupi.
Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir. Es la forma màs vergonzosa de manipulàr el lengueje de nuestros dirigentes. Asì nos luce el pelo. Y por si no quedara lo suficientemente adornado el panora pàtrio. Ahì tenemos al Presidente del Tribunal Supremo Sr Dìvar de vacaciones en Marbella con gastos a cargo de la instituciòn que preside. Y por ùltimo el Sr Fernandez Ordoñez Presidente del Banco de España, este señor que los cinco o seis años que lleba en el cargo, tiene una obsesiòn, la moderaciòn salarial, si, si conlo que tenia en su mesa, pero ya se ve que mirava para otro lado... Bueno os dejo amigos. Haber que dice el Sr Vargas LLosa que està en la TV Un abrazo... Lupi.
... Y EL VICTIMISMO DE LOS QUE NO LO TIENEN.
Ciertamente los personajes que aquí se citan como protagonistas de la situación económica actual, titulares todos ellos a beneficio de inventario de suculentas nombradías precursoras de ricas prebendas hasta bien llenar las respectivas andorgas patrimoniales previa la obtención del grandilocuente nombramiento de la burocracia oficial que las facilita, si tales circunstancias no concurrieran probablemente serían más generosos con los que caracen hasta de las más elemental posibilidad de alcanzar ese mínimo de lo que pomposamente hemos dado en llamar el irrenunciable bienestar social. Los resultados ahí están, son los que mi amigo Lupicinio aquí denuncia.
Más siendo todo ello cierto, desgraciadamente hemos podido comprobar que todos los humanos aspiramos a obtener lo mismo ó algo parecido como la meta más digna y brillante a conseguir, pero con la diferencia de que, los que nos encontramos aqui abajo, lo tenemos harto difícil por no decir imposible. El hijo del Director del Hotel tiene muchas más probabilidades de ocupar el cargo de su padre cuando éste cese que el del "Botones", a su vez hijo del jardinero, cuya ocupación actual es abrir y cerrar la puerta del establecimiento recibiendo a los clientes a la entrada del mismo y a continuación subiendo las maletas a las habitaciones. ¡Claro que hay excepciones, a Dios gracias, pero... las mínimas, sólo las mínimas!.
Ciertamente los personajes que aquí se citan como protagonistas de la situación económica actual, titulares todos ellos a beneficio de inventario de suculentas nombradías precursoras de ricas prebendas hasta bien llenar las respectivas andorgas patrimoniales previa la obtención del grandilocuente nombramiento de la burocracia oficial que las facilita, si tales circunstancias no concurrieran probablemente serían más generosos con los que caracen hasta de las más elemental posibilidad de alcanzar ese mínimo de lo que pomposamente hemos dado en llamar el irrenunciable bienestar social. Los resultados ahí están, son los que mi amigo Lupicinio aquí denuncia.
Más siendo todo ello cierto, desgraciadamente hemos podido comprobar que todos los humanos aspiramos a obtener lo mismo ó algo parecido como la meta más digna y brillante a conseguir, pero con la diferencia de que, los que nos encontramos aqui abajo, lo tenemos harto difícil por no decir imposible. El hijo del Director del Hotel tiene muchas más probabilidades de ocupar el cargo de su padre cuando éste cese que el del "Botones", a su vez hijo del jardinero, cuya ocupación actual es abrir y cerrar la puerta del establecimiento recibiendo a los clientes a la entrada del mismo y a continuación subiendo las maletas a las habitaciones. ¡Claro que hay excepciones, a Dios gracias, pero... las mínimas, sólo las mínimas!.