COMENTARIO A LA FIESTA VERANIEGA DEL TURISTA.
La pomposa denominación del evento festivo povedano y el teórico destinatario del mismo, es decir, "la del turista", sobrado es decir que el elemento del que recibe el título lo integran los povedanos de la diáspora, que, por distintas razones, preferentemente de carácter laboral, se han visto reconvertidos al regresar a su pueblo por unos días, en turistas de nuevo cuño.
En todo caso, no deja de ser una consideración pública digna de aplauso hacia estos forzados emigrantes el patrocinio de la fiesta por el Ayuntamiento, cuyo detalle, por obvias razones, es merecedor de reconocimiento. Dicho lo cual, es igualmente plausible el contenido del programa, austero hasta no más, pero ajustado a las posibilidades económicas que todos damos por descontado, tratándose de las reservas de un Ayuntamiento tan pequeño como el nuestro, reservas que no pueden ser otras que el de resultar endebles y magras.
No obstante, lo que más me ha llamado la atención positivamente, es la ausencia en los festejos del elemento taurino, no porque esté contra él, sino porque además de que tiene muy poco de edificante en los términos que se presenta en los pueblos pequeños dado su costo exagerado en proporción a lo que aporta a la fiesta en todos los sentidos, en suma, es inadmisible y superfluo.
La pomposa denominación del evento festivo povedano y el teórico destinatario del mismo, es decir, "la del turista", sobrado es decir que el elemento del que recibe el título lo integran los povedanos de la diáspora, que, por distintas razones, preferentemente de carácter laboral, se han visto reconvertidos al regresar a su pueblo por unos días, en turistas de nuevo cuño.
En todo caso, no deja de ser una consideración pública digna de aplauso hacia estos forzados emigrantes el patrocinio de la fiesta por el Ayuntamiento, cuyo detalle, por obvias razones, es merecedor de reconocimiento. Dicho lo cual, es igualmente plausible el contenido del programa, austero hasta no más, pero ajustado a las posibilidades económicas que todos damos por descontado, tratándose de las reservas de un Ayuntamiento tan pequeño como el nuestro, reservas que no pueden ser otras que el de resultar endebles y magras.
No obstante, lo que más me ha llamado la atención positivamente, es la ausencia en los festejos del elemento taurino, no porque esté contra él, sino porque además de que tiene muy poco de edificante en los términos que se presenta en los pueblos pequeños dado su costo exagerado en proporción a lo que aporta a la fiesta en todos los sentidos, en suma, es inadmisible y superfluo.