Y ALGUNOS RIPIOS CON HUMOR PARA TAL OCASIÓN.
¡Veinticinco de diciembre, pum, pum, pum!. La más universal de todas las fechas desde hace más de dos mil años, el mundo cristiano y parte del que no lo es también, la celebra sin distinción de razas ni colores conmemorando el acontecimiento más grande de la historia cuyo inicio tuvo lugar en el Portal de Belén.
Humildemente reconozco que carezco de imaginación para comenzar cualquier disertación dirigida a los paisanos de mi pueblo con algo que pueda compararse a ese deslumbrante reclamo de "Povedanos míos queridos!:". Y es que... ¡quién fuera Gardel para saber expresarnos como él!. Buen preludio y buen comienzo, quien con celestial incienso e introito clerical, rompe moldes de cristal y advierte a sus adversarios, que la entrada a golpe de incensario, es el mejor relicario de cómo has de predicar.
Nos rendimos a la evidencia en fechas tan señaladas, y como aquí no pasa nada que afecte a la decencia, reyertas y turbulencias sean pelillos a la mar, que las mismas se rompan solas en aras de mejor ocasión, y salvemos con humor, y con un buen cava fino, cualesquiera otro desatino carente de coherencia, fruto de corta inteligencia y de ingenio para alcanzar lo que de suyo y por decencia, todos hemos de aceptar.
Volveré en breve, amigo Gardel. Aún no te he explicado en qué consiste esa tendenciosidad que prodigas en tus relatos con destinatario incluído. Todos tenemos alguna. Yo también. Hoy no es día para ello. Entretanto, insisto:
¡PASEMOS TODOS LA NAVIDAD MÁS FELIZ! que cada uno pueda aunque no nos hayamos comido ni una "una "rosca" de las del "gordo". Y... ¡SALUD Y SUERTE PARA 2015!.
¡Veinticinco de diciembre, pum, pum, pum!. La más universal de todas las fechas desde hace más de dos mil años, el mundo cristiano y parte del que no lo es también, la celebra sin distinción de razas ni colores conmemorando el acontecimiento más grande de la historia cuyo inicio tuvo lugar en el Portal de Belén.
Humildemente reconozco que carezco de imaginación para comenzar cualquier disertación dirigida a los paisanos de mi pueblo con algo que pueda compararse a ese deslumbrante reclamo de "Povedanos míos queridos!:". Y es que... ¡quién fuera Gardel para saber expresarnos como él!. Buen preludio y buen comienzo, quien con celestial incienso e introito clerical, rompe moldes de cristal y advierte a sus adversarios, que la entrada a golpe de incensario, es el mejor relicario de cómo has de predicar.
Nos rendimos a la evidencia en fechas tan señaladas, y como aquí no pasa nada que afecte a la decencia, reyertas y turbulencias sean pelillos a la mar, que las mismas se rompan solas en aras de mejor ocasión, y salvemos con humor, y con un buen cava fino, cualesquiera otro desatino carente de coherencia, fruto de corta inteligencia y de ingenio para alcanzar lo que de suyo y por decencia, todos hemos de aceptar.
Volveré en breve, amigo Gardel. Aún no te he explicado en qué consiste esa tendenciosidad que prodigas en tus relatos con destinatario incluído. Todos tenemos alguna. Yo también. Hoy no es día para ello. Entretanto, insisto:
¡PASEMOS TODOS LA NAVIDAD MÁS FELIZ! que cada uno pueda aunque no nos hayamos comido ni una "una "rosca" de las del "gordo". Y... ¡SALUD Y SUERTE PARA 2015!.