Aún resuena en toda Europa el clamor de la marcha contra el terrorismo y en defensa de la libertad de expresión en la capital francesa: ¡JE SUIS CHARLIE HEBDO!, gritamos todos los que entendemos una barbarie cruel el terrorismo y la libertad de expresión un derecho humano.
Dos días antes de esta manifestación multitudinaria la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial Ángeles Carmona decía para todos los españoles: "el piropo debe erradicarse ya, supone una invasión a la intimidad de la mujer, aunque sea halagador, por lo que defendió la importancia de eliminarlo".
A ver, ¿En qué quedamos entonces?, ¿aceptamos la hipocresía y consideramos mártires de la libertad de expresión a los periodistas de Charlie Hebdo por publicar viñetas provocadoras que ridiculizaban el libro sagrado del islam y su profeta Mahoma en aras de la libertad, y yo, no puedo decirle a una mujer: ¡estás más buenorra que un bocadillo de longaniza!, por ejemplo? ¡Reivindico mi derecho a expresarme libremente!
Lo cierto es que soy bastante soso y nunca he dicho un piropo a una mujer (ni a hombres tampoco), pero parece una provocación lo de Dña Ángeles Carmona y estoy tentado a comenzar a piropear a las mujeres. Pero, aunque estoy casi seguro de que no sufriría un atentado terrorista por ello, se me caería la cara de vergüenza si me sacaran una multa por decirle "guapa"a una mujer.
Sabemos bien que no basta hacer un decreto de igualdad por ley si en la realidad no es un hecho. Entienda usted Dña Ángeles Carmona, que la igualdad se traduce en tener las mismas oportunidades efectivas y reales para acceder a un trabajo, para ir a la escuela, para poder competir por puestos o cargos públicos o privados, para un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor sin distinciones de género, etc., etc. No nos venga a decir ahora Dña Ángeles Carmona que somos más iguales si no decimos piropos a una mujer.
De Charlie Hebdo no diré nada más porque con esto si que arriesgo un atentado desde este lado, y diré solamente: Liberté, égalité, fraternité.
Dos días antes de esta manifestación multitudinaria la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial Ángeles Carmona decía para todos los españoles: "el piropo debe erradicarse ya, supone una invasión a la intimidad de la mujer, aunque sea halagador, por lo que defendió la importancia de eliminarlo".
A ver, ¿En qué quedamos entonces?, ¿aceptamos la hipocresía y consideramos mártires de la libertad de expresión a los periodistas de Charlie Hebdo por publicar viñetas provocadoras que ridiculizaban el libro sagrado del islam y su profeta Mahoma en aras de la libertad, y yo, no puedo decirle a una mujer: ¡estás más buenorra que un bocadillo de longaniza!, por ejemplo? ¡Reivindico mi derecho a expresarme libremente!
Lo cierto es que soy bastante soso y nunca he dicho un piropo a una mujer (ni a hombres tampoco), pero parece una provocación lo de Dña Ángeles Carmona y estoy tentado a comenzar a piropear a las mujeres. Pero, aunque estoy casi seguro de que no sufriría un atentado terrorista por ello, se me caería la cara de vergüenza si me sacaran una multa por decirle "guapa"a una mujer.
Sabemos bien que no basta hacer un decreto de igualdad por ley si en la realidad no es un hecho. Entienda usted Dña Ángeles Carmona, que la igualdad se traduce en tener las mismas oportunidades efectivas y reales para acceder a un trabajo, para ir a la escuela, para poder competir por puestos o cargos públicos o privados, para un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor sin distinciones de género, etc., etc. No nos venga a decir ahora Dña Ángeles Carmona que somos más iguales si no decimos piropos a una mujer.
De Charlie Hebdo no diré nada más porque con esto si que arriesgo un atentado desde este lado, y diré solamente: Liberté, égalité, fraternité.