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... Y POR DESTINATARIO DE ALGUNAS DE ELLAS, DIGO::
Que muy a mi pesar me veo en la obligación de tener que salir al paso de ciertas alusiones no precisamente gratas que aquí se vierten ó airean haciendo objeto de las mismas, por sistema, a destinatario específico cuya presentación es obvia, y que, de forma inmisericorde las viene soportando como víctima, aunque en este particular caso y como réplica, comentaré alguna dejando para mejor ocasión otras más sustanciosas, pero con el mínimo de consideración y respeto que ya hubiera deseado para mi. El colmo de todo esto es que, precisamente el que las prodiga, para más "inri", se presenta ante los demás como víctima de las que él se inventa, y a continuación monta la comedia de que las llora a moco tendido, pero no con lágrimas de cocodrilo como alguien ha dicho por ahí, sino más bien como las de la hiena que con semejante estratagema atrae a las víctimas y cree que divierte al personal con risotadas tipo bufón distinguido en la Corte. Al propio tiempo, de "motu proprio" e inspirado por el "espíritu santo" de andar por casa, y que, al parecer, a él le ilumina, se permite recomendarlo a los demás, y así, "consuma" la chirigota y el pitorreo alegando que se baña en sufridas lágrimas como puños de gordas.
La inocentada de "Viva la Pepa" ha sido el revulsivo más reciente. Parte del texto literal que da lugar a la misma es el siguiente: "No conozco un solo texto dedicado a la cultura, a la historia o a la información, y menos aún a la instrucción, que citara la expresión "Viva la pepa" como alusión emblemática de un hecho histórico, salvo el que, de oídas me "largaron" por primera vez con tono que, al escucharlo, se me antojó que aquello era un "taco" como otro cualquiera. El "jugo" que le ha sacado el bufón de la Corte al "viva la pepa", es de sobresaliente "cum laude".
Cambiando de tema: me ha gustado mucho el anuncio de esa posibilidad de cambio del campo reseco de Poveda, nada menos que de secano a regadío. Esa sí que es una noticia buena y agradable. Esperemos que se consuma. Entretanto... ¡que haya suerte!.
Que muy a mi pesar me veo en la obligación de tener que salir al paso de ciertas alusiones no precisamente gratas que aquí se vierten ó airean haciendo objeto de las mismas, por sistema, a destinatario específico cuya presentación es obvia, y que, de forma inmisericorde las viene soportando como víctima, aunque en este particular caso y como réplica, comentaré alguna dejando para mejor ocasión otras más sustanciosas, pero con el mínimo de consideración y respeto que ya hubiera deseado para mi. El colmo de todo esto es que, precisamente el que las prodiga, para más "inri", se presenta ante los demás como víctima de las que él se inventa, y a continuación monta la comedia de que las llora a moco tendido, pero no con lágrimas de cocodrilo como alguien ha dicho por ahí, sino más bien como las de la hiena que con semejante estratagema atrae a las víctimas y cree que divierte al personal con risotadas tipo bufón distinguido en la Corte. Al propio tiempo, de "motu proprio" e inspirado por el "espíritu santo" de andar por casa, y que, al parecer, a él le ilumina, se permite recomendarlo a los demás, y así, "consuma" la chirigota y el pitorreo alegando que se baña en sufridas lágrimas como puños de gordas.
La inocentada de "Viva la Pepa" ha sido el revulsivo más reciente. Parte del texto literal que da lugar a la misma es el siguiente: "No conozco un solo texto dedicado a la cultura, a la historia o a la información, y menos aún a la instrucción, que citara la expresión "Viva la pepa" como alusión emblemática de un hecho histórico, salvo el que, de oídas me "largaron" por primera vez con tono que, al escucharlo, se me antojó que aquello era un "taco" como otro cualquiera. El "jugo" que le ha sacado el bufón de la Corte al "viva la pepa", es de sobresaliente "cum laude".
Cambiando de tema: me ha gustado mucho el anuncio de esa posibilidad de cambio del campo reseco de Poveda, nada menos que de secano a regadío. Esa sí que es una noticia buena y agradable. Esperemos que se consuma. Entretanto... ¡que haya suerte!.
