POVEDA DE LAS CINTAS: Sin duda lo es la del fallecimiento de ese gran muchacho...

Hoy a mi pesar debo de informar del fallecimiento de mi primo Gaudencio Sierra Pinto, màs conocido por "El Rojillo" que nos dejò el sabado del presente en la localidad de Elgoibar (Guipuzcoa) donde residia. Quiero agradecer desde èstas sencillas lineas los cuidados y el amor que recibiò en su larga larguìsima enfermedad (Veinte años) a su esposa Isabel he hijas Nahia y Nerea agradecimiento que hago extensivo a su hermano Paco y esposa Vitori y a la familia de èsta.

Fue la vida de èste primo nuestro movidita, una lucha permanente desde su militancia comunista en favor de los màs débiles siempre. Es por ello que como miles de Españoles tubo que pagar el precio de pasar por las cárceles franquistas, primero en Martutene (S Sebastiàn) y después en Jaèn. Fue en esta última donde conoció la noticia la grata noticia de la muerte del dictador. Tuvo que pasar un año màs para que el Rey decretara la anistia polìtica, cuando aun le faltaba la mitad de la condena por cumplir.

P D. Lo de "El Rojillo" No tiene ninguna comnotaciòn polìtica asi se le llamò desde niño. Paradojas de la vida.

Como siempre: Felices Pascuas y Prospero Año Nuevo. Aqui el amigo de siempre.... Lupi.

Sin duda lo es la del fallecimiento de ese gran muchacho povedano llamado Gaudencio Sierra Pinto (q. e. p. d). Al menos habrá encontrado con su muerte el reposo y el alivio de haber dejado de padecer tras el calvario de nada menos veinte años de tan larga y dolorosa enfermedad. Y no solamente por eso, sino también por algunas otras cuestiones, también. Los que le conocíamos y compartimos con él juegos de la infancia y hasta de la adolescencia en el mismo pueblo y la asistencia a la misma Escuela de estudios primarios llamada entonces Nacional, bien sabíamos de su pundonor y coraje, de su fortaleza física y de su recio carácter. Y de su nobleza también saliendo siempre en defensa de los más débiles. Generoso como el que más, quizá la mejor prueba de semejante actitud es haber pertenecido de "motu proprio" a un partido político en época en la que, en este país, tal pertenencia al mismo, sin más, era objeto de rechazo y hasta de persecución de oficio por el poder político de entonces.

A Gaudencio Sierra Pinto, o mejor dicho, al Rojillo, que así le llamábamos todos, siempre le gustó optar por lo difícil por duro que resultare. Quizá por esto mismo, la vida ha sido extremadamente dura para con él. Su pertenencia al partido comunista en su día, en absoluto tiene nada que ver con la del sobrenombre que todos le conocíamos, "el Rojillo", siempre precedido por el artículo "el" para más señas. Tal denominación obedecía, al parecer, a que, de pequeño, era muy rubio de piel, hasta el punto de que fue su padre o la propia familia más allegada la que, cariñosamente, comenzaron a llamarle así desde su más tierna infancia. De connotaciones políticas, nada de nada.

Descansa en paz, Gaudencio. Mi más sentido pésame a toda su familia.