Una vez más, al contemplar la efigie del viejo molino que últimamente se la conoce por el "el de la Concha", nominación que suponemos obedece a que, la tal Concha era una de las hijas de Dª Amancia Perlines, persona que, durante el tiempo de mi niñez en el pueblo era la dueña del mismo; y en el funcionamiento del mismo, además, colaboraban los hijos varones de Dª Amancia, Manolo y Ángel. Los chopos que se aprecian en la foto en la parte posterior del mismo, son los que, a orillas del agua de la presa crecieron cuando ésta se utilizaba para moler y eran alimento suficiente para mantener fresca la vegetación que en esta foto se aprecia. El verde del campo que se aprecia en torno al Molino y el inmaculado azul del cielo que la suerte acompañó a Manza en "su" foto, sin proponérselo constituye recuerdo inolvidable para los que hemos conocido el Molino de la Concha en su tiempo de actividad.