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¿ALGO MÁS QUE UNA CASUALIDAD?.
La foto que precede, el título de la misma, y los hechos que en estos días están teniendo lugar en distintos lugares del mundo, cual podría ser el de "atardeceres rojos" como premonición, se nos antoja algo más que una simple coincidencia derivada del color de la luz solar en el momento de proyectar la cámara. En efecto, los sucesos de anteayer en la ciudad de Niza (Francia), en la que, sin motivo ni justificación alguna se asesine a ochenta y seis personas, y horas después, un golpe de Estado en Turquía provoque la de varios cientos más, todo ello 24 horas antes de su coincidencia en la fecha del tristemente célebre 18 de julio de 1936, ochenta años antes en nuestra propia España, para unos terriblemente tristes, aunque, para otros, todo lo contrario, se nos antoja deducir que los sucesos de esta índole no terminaron con el final de la II Guerra Mundial ni tampoco con el de las varios conflictos bélicos posteriores cuyos tintes dramáticos, por solo citar el último, son los aún bien recientes cuales son los de Libia. ¡Ojalá nos equivoquemos!.
¡Pues eso, que todo quede en pura casualidad!.
La foto que precede, el título de la misma, y los hechos que en estos días están teniendo lugar en distintos lugares del mundo, cual podría ser el de "atardeceres rojos" como premonición, se nos antoja algo más que una simple coincidencia derivada del color de la luz solar en el momento de proyectar la cámara. En efecto, los sucesos de anteayer en la ciudad de Niza (Francia), en la que, sin motivo ni justificación alguna se asesine a ochenta y seis personas, y horas después, un golpe de Estado en Turquía provoque la de varios cientos más, todo ello 24 horas antes de su coincidencia en la fecha del tristemente célebre 18 de julio de 1936, ochenta años antes en nuestra propia España, para unos terriblemente tristes, aunque, para otros, todo lo contrario, se nos antoja deducir que los sucesos de esta índole no terminaron con el final de la II Guerra Mundial ni tampoco con el de las varios conflictos bélicos posteriores cuyos tintes dramáticos, por solo citar el último, son los aún bien recientes cuales son los de Libia. ¡Ojalá nos equivoquemos!.
¡Pues eso, que todo quede en pura casualidad!.