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¡HACÍA YA ALGÚN TIEMPO QUE EN ESTE MISMO LUGAR...!
¡Pues qué lastima..., hombre!. ¡Cuando creíamos que ya se habían acabado las tonterías chulescas de los desafíos tabernarios y otras bravuconadas grotescas de parecida índole, el señor "Yo no me llamo Gardel", desdoblado ahora en señor Soso, se saca de la manga una historia de trifulca pueblerina acompañada de desafío personal que utiliza como vivencia propia, en la cual, él, según su propio relato, aparece como protagonista de la misma pero adornando la circunstancia de que en ella aparece como pacificador del evento mediante la actuación de su egregia figura evitando ser posible contrincante de lo que pudiera resulta un desafuero, mientras que, la otra parte, obvio es decir que se trata de un anciano que cumplió la mili 25 años antes de la que le hubiera correspondido a él en el supuesto de que semejante obligación se hubiera mantenido en este país como servicio ineludible, obligación que, por cierto y dicho sea de paso, en determinadas circunstancias no venía mal su cumplimiento para apagar ciertos humos de los que aparecen por aquí adornados con la vergonzante hipocresía de engreída superioridad, muy propia para relatos de supuestas aventuras como a la que me estoy refiriendo, totalmente ajenas a la realidad que nos han pintado y a otros sucesos de parecida índole muy propios de los sobrados de la misma, objeto de este comentario.
En la confianza de que no volveremos a encontrarnos con "aventuras" tan sugestivas como la que precede, envío al Sr. Soso un cordial saludo con el afecto de que, efectivamente, soy un povedano más al que le encanta ser hijo de este pueblo, pero sin desafíos.
¡Pues qué lastima..., hombre!. ¡Cuando creíamos que ya se habían acabado las tonterías chulescas de los desafíos tabernarios y otras bravuconadas grotescas de parecida índole, el señor "Yo no me llamo Gardel", desdoblado ahora en señor Soso, se saca de la manga una historia de trifulca pueblerina acompañada de desafío personal que utiliza como vivencia propia, en la cual, él, según su propio relato, aparece como protagonista de la misma pero adornando la circunstancia de que en ella aparece como pacificador del evento mediante la actuación de su egregia figura evitando ser posible contrincante de lo que pudiera resulta un desafuero, mientras que, la otra parte, obvio es decir que se trata de un anciano que cumplió la mili 25 años antes de la que le hubiera correspondido a él en el supuesto de que semejante obligación se hubiera mantenido en este país como servicio ineludible, obligación que, por cierto y dicho sea de paso, en determinadas circunstancias no venía mal su cumplimiento para apagar ciertos humos de los que aparecen por aquí adornados con la vergonzante hipocresía de engreída superioridad, muy propia para relatos de supuestas aventuras como a la que me estoy refiriendo, totalmente ajenas a la realidad que nos han pintado y a otros sucesos de parecida índole muy propios de los sobrados de la misma, objeto de este comentario.
En la confianza de que no volveremos a encontrarnos con "aventuras" tan sugestivas como la que precede, envío al Sr. Soso un cordial saludo con el afecto de que, efectivamente, soy un povedano más al que le encanta ser hijo de este pueblo, pero sin desafíos.
Es una verdad ineludible que mientras existan los tontos, en este foro o en otros, seguirán existiendo las tonterías tabernarias. Y no es menos cierto, que mientras existan las cabras seguirán tirando al monte.
La tontería tabernaria de los individuos es el gran corrosivo de todas las sociedades, (foros incluido). No hay nada más amoral en la tontería tabernaria, que el despotismo, la intransigencia y la pedantería que emanan. Con ellas comete el individuo los mayores desafueros, transgresiones y excesos, y solamente logra escapar al castigo social si el intelecto del portador logra reprimirlas antes de que se exprese públicamente. Lo digo porque quizá te interese desbravar el intelecto en la próxima ocasión.
A pesar de que tan rebuscados epítetos incitan cuando poco a la confrontación, mi postura es harto conocida y queda de manifiesto en mi comentario del 15/05/2017:
¡ni a mí, ni al "desaparecido" nos gustan las discusiones!
Y si, yo también cumplí la mili, además, tres años, de ahí seguramente: mi rectitud moral, mi humana ética, y mi marcial predisposición para la batalla, siempre, como el Cid Campeador.
En cualquier caso, no puedo en esta ocasión avanzar en la defensa de mi mancillado honor, pues he de pedirte un favor y sospecho que desatenderás mi demanda en caso de que plasme en este espacio lo que me dicta la razón.
Me explico: Con el fin de recordarles y de que el tiempo no nos borre de la memoria a la gente con la que hemos compartido pueblo, me encuentro en la actualidad empeñado en la confección de una lista de todos los matrimonios, sus hijos y, a ser posible, los padres, que he conocido viviendo en Poveda. Decir al respecto, que recordamos 253 matrimonios con sus correspondientes hijos y no han de ser menos de las 1100 personas con nombre y apellidos que en algún momento de sus vidas vivieron en Poveda en los últimos 60 años. Desgraciadamente, la inmensa mayoría de una u otra forma dejaron el pueblo y en la actualidad residen en el mismo poco más de cien personas.
Aprovechando, y quizá abusando, de tu buena memoria, (ver mensaje del 10/05/2017), solicitamos, si es posible, información sobre Manuel Zapatero y Ester García, tal que: nombre de sus respectivos padres, procedencia, número de hijos, y cuanta información quieras aportar.
En otra ocasión dirigiremos nuestras preguntas al también forero Lupi.
Recibe un cordial saludo y mi agradecimiento por tu colaboración.
La tontería tabernaria de los individuos es el gran corrosivo de todas las sociedades, (foros incluido). No hay nada más amoral en la tontería tabernaria, que el despotismo, la intransigencia y la pedantería que emanan. Con ellas comete el individuo los mayores desafueros, transgresiones y excesos, y solamente logra escapar al castigo social si el intelecto del portador logra reprimirlas antes de que se exprese públicamente. Lo digo porque quizá te interese desbravar el intelecto en la próxima ocasión.
A pesar de que tan rebuscados epítetos incitan cuando poco a la confrontación, mi postura es harto conocida y queda de manifiesto en mi comentario del 15/05/2017:
¡ni a mí, ni al "desaparecido" nos gustan las discusiones!
Y si, yo también cumplí la mili, además, tres años, de ahí seguramente: mi rectitud moral, mi humana ética, y mi marcial predisposición para la batalla, siempre, como el Cid Campeador.
En cualquier caso, no puedo en esta ocasión avanzar en la defensa de mi mancillado honor, pues he de pedirte un favor y sospecho que desatenderás mi demanda en caso de que plasme en este espacio lo que me dicta la razón.
Me explico: Con el fin de recordarles y de que el tiempo no nos borre de la memoria a la gente con la que hemos compartido pueblo, me encuentro en la actualidad empeñado en la confección de una lista de todos los matrimonios, sus hijos y, a ser posible, los padres, que he conocido viviendo en Poveda. Decir al respecto, que recordamos 253 matrimonios con sus correspondientes hijos y no han de ser menos de las 1100 personas con nombre y apellidos que en algún momento de sus vidas vivieron en Poveda en los últimos 60 años. Desgraciadamente, la inmensa mayoría de una u otra forma dejaron el pueblo y en la actualidad residen en el mismo poco más de cien personas.
Aprovechando, y quizá abusando, de tu buena memoria, (ver mensaje del 10/05/2017), solicitamos, si es posible, información sobre Manuel Zapatero y Ester García, tal que: nombre de sus respectivos padres, procedencia, número de hijos, y cuanta información quieras aportar.
En otra ocasión dirigiremos nuestras preguntas al también forero Lupi.
Recibe un cordial saludo y mi agradecimiento por tu colaboración.