LOS POLVOS Y LOS LODOS.
Efectivamente, según el acertada opinión y modo de valorar las situaciones que han caracterizado el devenir de este variopinto lugar llamado Foro de Poveda de las Cintas durante todo un quinquenio, hoy prácticamente fenecido, opinión transcrita a este lugar por ese lúcido povedano llamado Lupicinio Sierra, de cuya amistad me honro y me enorgullezco; él sabe mejor que nadie por qué se ha llegado a la triste situación de este prolongado silencio por no decir ya próximo funeral de este minúsculo local literario que alegremente compartíamos algunos.
Además de él, refiriéndome a Lupi, yo mismo podría escribir aquí no pocas historias relacionadas con las singularidades de nuestra común procedencia povedana, pero sobre todo y particularmente, de las relacionadas con la idiosincrasia, modos y maneras locales que caracterizan a algunos personajes de los que aquí han intervenido; y muy particularmente respecto de las que tienen o han tenido relación con las circunstancias, dimes y diretes que aquí se han transcrito y han dado lugar, (otrora alegre y valiente por su forma y contenido), a la languidez del mismo, incidiendo todo ello como tal en su amodorramiento, es decir, en el de los antedichos polvos y lodos que motivan la agonía del mismo.
Tras desear a todos los povedanos que hayan pasado unas Felices Fiestas Patronales, confiemos en que ésto resucite de entre los referidos polvos y lodos pronosticados por el amigo Lupi, y su resurgir lo celebremos al amparo de la nueva Constitución.
Efectivamente, según el acertada opinión y modo de valorar las situaciones que han caracterizado el devenir de este variopinto lugar llamado Foro de Poveda de las Cintas durante todo un quinquenio, hoy prácticamente fenecido, opinión transcrita a este lugar por ese lúcido povedano llamado Lupicinio Sierra, de cuya amistad me honro y me enorgullezco; él sabe mejor que nadie por qué se ha llegado a la triste situación de este prolongado silencio por no decir ya próximo funeral de este minúsculo local literario que alegremente compartíamos algunos.
Además de él, refiriéndome a Lupi, yo mismo podría escribir aquí no pocas historias relacionadas con las singularidades de nuestra común procedencia povedana, pero sobre todo y particularmente, de las relacionadas con la idiosincrasia, modos y maneras locales que caracterizan a algunos personajes de los que aquí han intervenido; y muy particularmente respecto de las que tienen o han tenido relación con las circunstancias, dimes y diretes que aquí se han transcrito y han dado lugar, (otrora alegre y valiente por su forma y contenido), a la languidez del mismo, incidiendo todo ello como tal en su amodorramiento, es decir, en el de los antedichos polvos y lodos que motivan la agonía del mismo.
Tras desear a todos los povedanos que hayan pasado unas Felices Fiestas Patronales, confiemos en que ésto resucite de entre los referidos polvos y lodos pronosticados por el amigo Lupi, y su resurgir lo celebremos al amparo de la nueva Constitución.