¡SAN PEDRO, SAN PABLO Y TODOS LOS SANTOS!
Esta reverenda y sagrada frase eclesial mil veces pronunciada y repetida en los distintos actos religiosos y católicos en este país de nuestros pecados, harto pronunciadas, ponderadas y glorificadas entre todas las gentes fieles de mi pueblo desde nuestra más tierna infancia, pero también por las de casi todas las demás de este país, pronunciadas y repetidas en otras tantas ocasiones que las altas circunstancias así lo requerían, puede haber alcanzado en los tiempos actuales el más brillante y distinguido destino y colofón que en esta querida y sufrida España estábamos esperando, aunque sea por pura carambola. Veamos por qué:
Porque, acaso felizmente y precisamente también, otro Pedro y otro Pablo como pareja surgida del Cielo en los ambientes políticos de la actualidad de este país, es decir, en la coincidencia de un posible feliz emparejamiento de estos dos ilustres personajes, conocidos ambos como los referidos DON PEDRO SÁNCHEZ Y DON PABLO IGLESIAS, en honor al santoral católico-apostólico-romano de nuestra fé católica, y unidos ambos en honor de tan sagrada coincidencia, el resultado puede ser la salvación patriótica que la actual situación económica y social de nuestra querida y sufrida España requiere, Y acaso logren con ello alcanzar la felicidad de todas las familias y gentes humildes de nuestra sociedad, y con ello, aliviar nuestros males económicos y los de otro tipo también, que son muchos y variados, ya que, a través de la aprobación y puesta en práctica de los nuevos Presupuestos del Estado para 2019, cuya sabia autoría les corresponde según de lo que del mismo se desprende y conocemos a través de los distintos medios de comunicación, todos los indicios apuntan a que se alcance una nueva situación económica, política y social que remedie todos los males que este país sufre en la actualidad. Amén.
Claro que, con toda la letra bonita del proyecto, aún hace falta lo fundamental, cual es el que lo aprueben las Cortes, y aún así, que después la puesta en práctica del proyecto, en su caso, no se tope con todos los escollos que ese bonito paisaje socio-laboral político y económico a nivel nacional que se nos pinta, ha de encontrar en su recorrido lo necesario para que resulte admisible y ejecutable. Y aún así, que el otro San Pedro y subsiguiente San Pablo, desde el Cielo nos protejan para que se consiga el que lo proyectado y lo prometido se convierta en feliz realidad. La coincidencia con la nomenclatura del Santoral Bíblico en los promotores del negocio político, no nos coja en situación de pecado mortal. El castigo bíblico, en su caso, sería imperdonable e inenarrable. Amén.
En una tarde de abatimiento sabatino, me dio por escribir esto. Perdonen las molestias.
Esta reverenda y sagrada frase eclesial mil veces pronunciada y repetida en los distintos actos religiosos y católicos en este país de nuestros pecados, harto pronunciadas, ponderadas y glorificadas entre todas las gentes fieles de mi pueblo desde nuestra más tierna infancia, pero también por las de casi todas las demás de este país, pronunciadas y repetidas en otras tantas ocasiones que las altas circunstancias así lo requerían, puede haber alcanzado en los tiempos actuales el más brillante y distinguido destino y colofón que en esta querida y sufrida España estábamos esperando, aunque sea por pura carambola. Veamos por qué:
Porque, acaso felizmente y precisamente también, otro Pedro y otro Pablo como pareja surgida del Cielo en los ambientes políticos de la actualidad de este país, es decir, en la coincidencia de un posible feliz emparejamiento de estos dos ilustres personajes, conocidos ambos como los referidos DON PEDRO SÁNCHEZ Y DON PABLO IGLESIAS, en honor al santoral católico-apostólico-romano de nuestra fé católica, y unidos ambos en honor de tan sagrada coincidencia, el resultado puede ser la salvación patriótica que la actual situación económica y social de nuestra querida y sufrida España requiere, Y acaso logren con ello alcanzar la felicidad de todas las familias y gentes humildes de nuestra sociedad, y con ello, aliviar nuestros males económicos y los de otro tipo también, que son muchos y variados, ya que, a través de la aprobación y puesta en práctica de los nuevos Presupuestos del Estado para 2019, cuya sabia autoría les corresponde según de lo que del mismo se desprende y conocemos a través de los distintos medios de comunicación, todos los indicios apuntan a que se alcance una nueva situación económica, política y social que remedie todos los males que este país sufre en la actualidad. Amén.
Claro que, con toda la letra bonita del proyecto, aún hace falta lo fundamental, cual es el que lo aprueben las Cortes, y aún así, que después la puesta en práctica del proyecto, en su caso, no se tope con todos los escollos que ese bonito paisaje socio-laboral político y económico a nivel nacional que se nos pinta, ha de encontrar en su recorrido lo necesario para que resulte admisible y ejecutable. Y aún así, que el otro San Pedro y subsiguiente San Pablo, desde el Cielo nos protejan para que se consiga el que lo proyectado y lo prometido se convierta en feliz realidad. La coincidencia con la nomenclatura del Santoral Bíblico en los promotores del negocio político, no nos coja en situación de pecado mortal. El castigo bíblico, en su caso, sería imperdonable e inenarrable. Amén.
En una tarde de abatimiento sabatino, me dio por escribir esto. Perdonen las molestias.