Casi en cada época o generación han existido en la historia moderna de España publicaciones dedicadas a comentar en clave de humor o sátira hechos noticiosos o hechos ficticios como noticias en las que la intención del contenido no suele ser la de informar sino la de criticar o hacer denuncias indirectamente sobre política, religión, la sociedad, etc. etc.
Y si hoy en día la publicación de sátira y humor por antonomasia en España es la revista “El Jueves”, y antes lo fuera “La Codorniz”, en mi época lo fue la revista “Hermano Lobo”, que aparecía en los kioscos con el subtítulo "La revista del humor dentro de lo que cabe".
Fue fundada esta revista allá por el 1972 por Chumy Chúmez, y en ella participaron humoristas de renombre, tal que: Gila, Quino, el Roto, Coll (de los de Tip y Coll), o el propio Chumy Chúmez, y escritores como Francisco Umbral, Manuel Vicent y otros.
En las secciones humorísticas de la revista aparecía una con el título “Siete preguntas al Lobo”, donde le hacían al animal preguntas del tipo: ¿cuántas veces tendrán que decirnos que ya estamos preparados y maduros para la democracia, antes de que se lo crean?, y la silueta caricaturizada de un lobo negro respondía a cada una de estas preguntas con un “ ¡AUUUUUUUUU!” por aullido, dándonos a entender lo imposible de la empresa entonces, o en el mejor de los casos, que el asunto iba para largo.
PREGUNTAS AL LOBO
¿Para cuándo podremos disfrutar en paz de este foro sin sentirnos atemorizados por el: “ ¡Se le va ha caer el pelo, Usted no sabe con quién está hablando!"? “ ¡AUUUUUUUUU!”
Con identico afecto, a pesar de todo.
Y si hoy en día la publicación de sátira y humor por antonomasia en España es la revista “El Jueves”, y antes lo fuera “La Codorniz”, en mi época lo fue la revista “Hermano Lobo”, que aparecía en los kioscos con el subtítulo "La revista del humor dentro de lo que cabe".
Fue fundada esta revista allá por el 1972 por Chumy Chúmez, y en ella participaron humoristas de renombre, tal que: Gila, Quino, el Roto, Coll (de los de Tip y Coll), o el propio Chumy Chúmez, y escritores como Francisco Umbral, Manuel Vicent y otros.
En las secciones humorísticas de la revista aparecía una con el título “Siete preguntas al Lobo”, donde le hacían al animal preguntas del tipo: ¿cuántas veces tendrán que decirnos que ya estamos preparados y maduros para la democracia, antes de que se lo crean?, y la silueta caricaturizada de un lobo negro respondía a cada una de estas preguntas con un “ ¡AUUUUUUUUU!” por aullido, dándonos a entender lo imposible de la empresa entonces, o en el mejor de los casos, que el asunto iba para largo.
PREGUNTAS AL LOBO
¿Para cuándo podremos disfrutar en paz de este foro sin sentirnos atemorizados por el: “ ¡Se le va ha caer el pelo, Usted no sabe con quién está hablando!"? “ ¡AUUUUUUUUU!”
Con identico afecto, a pesar de todo.
¡PESE A LAS APARIENCIAS, LA REALIDAD DESEADA ERA MUY OTRA..., PARA ALGUNOS!.
Efectivamente, las que refleja el contenido de este viejo texto, cuales son las de presuntas lamentaciones por el riesgo de que aún estaba vivo en la política y en la vida social del momento (febrero de 2015) el lobo que se come a los niños crudos (¡AUUUUUUUUU!), por el delito de sacar la lengua a paseo, (o la pluma por estos lares), criticando o denunciando lo que, según el autor que lo lamenta, constituía o podría constituir aún el riesgo de que los cánidos de dos patas te comieran crudo, más bien habría que decir lo contrario por cuanto, las lamentaciones del ¡AUUUUUU! eran, incluso siguen siendo en algún caso, más bien ficticias por cuanto la realidad de la que para sí desearían es la de su continuidad con todo vigor y para el mundillo que les rodea y les afecta.
Amén.
Efectivamente, las que refleja el contenido de este viejo texto, cuales son las de presuntas lamentaciones por el riesgo de que aún estaba vivo en la política y en la vida social del momento (febrero de 2015) el lobo que se come a los niños crudos (¡AUUUUUUUUU!), por el delito de sacar la lengua a paseo, (o la pluma por estos lares), criticando o denunciando lo que, según el autor que lo lamenta, constituía o podría constituir aún el riesgo de que los cánidos de dos patas te comieran crudo, más bien habría que decir lo contrario por cuanto, las lamentaciones del ¡AUUUUUU! eran, incluso siguen siendo en algún caso, más bien ficticias por cuanto la realidad de la que para sí desearían es la de su continuidad con todo vigor y para el mundillo que les rodea y les afecta.
Amén.