-EL MENSAJE DE LA DISCORDIA-
Hola Efe:
Aprovechando que los chicos no están por aquí te lo comento en charla informal. Es como lo de los Reyes Magos. Están creando un mito con el Molino Viejo. Pero esto tampoco se lo diré hasta que no sean mayores. Puedes imaginar que grandeza puede contener un local de apenas 60 metros cuadrados: cocina, alcoba, catre del ayudante del molinero, un atroje para grano, amplio portal para entrar con comodidad cargado con un costal para la molienda y el resto molino y sala de máquinas. Yo los entiendo, son jóvenes y todo en sus vidas es extraordinario, entiendo que presuman de lo que tienen.
Una iglesia: que a juzgar por lo que aparece su fotografía en este foro, les encanta, por fuera, por dentro casi ninguno la conoce. Ni conocen a su único morador el Santísimo Cristo que sufriera el atropello de que aserrucharan sus brazos sin decir esta boca es mía ni castigara este acto con una plaga bíblica.
El Caño Viejo: una arqueta con un grifo por desagüe en la que por una abertura lateral suelen orinar los paseantes que sorteando charcos van por el camino de Cantalpino de abajo y regresan por el de arriba. Otro día te contare el desencanto que sufrieron hace un par de años al descubrir que lo que suponían una fuente, poco menos que milagrosa, en la peña de los lavaderos (al lado justo de lo que se llamó en su día los ceniceros) resultó ser una fuga de la conducción pública de agua.
El Molino Viejo: Lo que suponen un molino de enrevesado mecanismo y misterioso contenido, no era mas que un par de poleas, dos correas y una muela de piedra de poco mas de un metro de diámetro sobre la que una tolva desgranaba su contenido con una lentitud desesperante.
Lo que sus fantasiosas mentes imaginan vomitando cantidades ingentes de agua procedente de una desviación del pequeño río Poveda, (por las que -y sin remedio- se nos desaguarían en poco rato ríos aún mucho mayores que el nuestro) y que llaman desagüe, son en realidad lo que llamábamos cárcavos cuyo techo atravesaba un eje, armado en su extremo inferior por una turbina llamada rodete, sobre la que caía el agua haciendo girar el eje, movimiento que a su vez hacia girar a una muela insertada en la parte superior de dicho eje, la cual por fricción sobre una superficie plana, también de piedra, molía el grano que por un canal en la muela pasaba bajo la misma y que su peso machacaba hasta transformarlo en harina. Eres de capital y por eso no quiero liarte diciendote que lo que imaginan un torrente impetuoso de agua no era mucho mas que el caudal de una noria maniobrada por un borrico -mas bien lento- y termines confundiendo o comparando una noria de feria con una de regar.
El segundo cárcavo -el de la derecha en la foto- contenía identico mecanismo, sólo que esta vez, para mover por medio de un engranaje en la parte superior un volante de inercia (quizá aun está allí, aunque es una golosina para cualquier chatarrero, era muy pesado y dentro del edificio sin ayuda de grúas seria difícil sacarlo. Primera ventana por la derecha). Este volante de unos dos metros de diámetro al que quizá incluso ayudaban manualmente a iniciar su rotación, una vez alcanzado un número determinado de revoluciones acumula la suficiente energía como para mover el escaso mecanismo del molino, consistente en una especie de casetas de unos dos metros que supongo filtros o cribas.
Se comprende el poco rendimiento de estos molinos y se justifican las largas esperas del carretero de turno, quien dotado seguramente de tanta imaginación creativa como estos nuestros, daría pie a tanto folklore nacido alrededor de las molineras.
LA MOLINERA
Vengo de moler morena
De los molinos de arriba
Dormí con la molinera, olé, olé
No me cobro la maquila
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos enfrente
Dormí con la molinera, olé, olé
Siempre se alegra de verme
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos de en medio
Dormí con la molinera, olé, olé
No me quedo otro remedio
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos de abajo
Dormí con la molinera, olé, olé
No me cobro su trabajo
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos azules
Dormí con la molinera, olé, olé
Sábado domingo y lunes
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
Del pueblo de Santa Marte
Dormí con la molinera, olé, olé
Nunca de mi queda harta
Que vengo de moler morena.
Hola Efe:
Aprovechando que los chicos no están por aquí te lo comento en charla informal. Es como lo de los Reyes Magos. Están creando un mito con el Molino Viejo. Pero esto tampoco se lo diré hasta que no sean mayores. Puedes imaginar que grandeza puede contener un local de apenas 60 metros cuadrados: cocina, alcoba, catre del ayudante del molinero, un atroje para grano, amplio portal para entrar con comodidad cargado con un costal para la molienda y el resto molino y sala de máquinas. Yo los entiendo, son jóvenes y todo en sus vidas es extraordinario, entiendo que presuman de lo que tienen.
Una iglesia: que a juzgar por lo que aparece su fotografía en este foro, les encanta, por fuera, por dentro casi ninguno la conoce. Ni conocen a su único morador el Santísimo Cristo que sufriera el atropello de que aserrucharan sus brazos sin decir esta boca es mía ni castigara este acto con una plaga bíblica.
El Caño Viejo: una arqueta con un grifo por desagüe en la que por una abertura lateral suelen orinar los paseantes que sorteando charcos van por el camino de Cantalpino de abajo y regresan por el de arriba. Otro día te contare el desencanto que sufrieron hace un par de años al descubrir que lo que suponían una fuente, poco menos que milagrosa, en la peña de los lavaderos (al lado justo de lo que se llamó en su día los ceniceros) resultó ser una fuga de la conducción pública de agua.
El Molino Viejo: Lo que suponen un molino de enrevesado mecanismo y misterioso contenido, no era mas que un par de poleas, dos correas y una muela de piedra de poco mas de un metro de diámetro sobre la que una tolva desgranaba su contenido con una lentitud desesperante.
Lo que sus fantasiosas mentes imaginan vomitando cantidades ingentes de agua procedente de una desviación del pequeño río Poveda, (por las que -y sin remedio- se nos desaguarían en poco rato ríos aún mucho mayores que el nuestro) y que llaman desagüe, son en realidad lo que llamábamos cárcavos cuyo techo atravesaba un eje, armado en su extremo inferior por una turbina llamada rodete, sobre la que caía el agua haciendo girar el eje, movimiento que a su vez hacia girar a una muela insertada en la parte superior de dicho eje, la cual por fricción sobre una superficie plana, también de piedra, molía el grano que por un canal en la muela pasaba bajo la misma y que su peso machacaba hasta transformarlo en harina. Eres de capital y por eso no quiero liarte diciendote que lo que imaginan un torrente impetuoso de agua no era mucho mas que el caudal de una noria maniobrada por un borrico -mas bien lento- y termines confundiendo o comparando una noria de feria con una de regar.
El segundo cárcavo -el de la derecha en la foto- contenía identico mecanismo, sólo que esta vez, para mover por medio de un engranaje en la parte superior un volante de inercia (quizá aun está allí, aunque es una golosina para cualquier chatarrero, era muy pesado y dentro del edificio sin ayuda de grúas seria difícil sacarlo. Primera ventana por la derecha). Este volante de unos dos metros de diámetro al que quizá incluso ayudaban manualmente a iniciar su rotación, una vez alcanzado un número determinado de revoluciones acumula la suficiente energía como para mover el escaso mecanismo del molino, consistente en una especie de casetas de unos dos metros que supongo filtros o cribas.
Se comprende el poco rendimiento de estos molinos y se justifican las largas esperas del carretero de turno, quien dotado seguramente de tanta imaginación creativa como estos nuestros, daría pie a tanto folklore nacido alrededor de las molineras.
LA MOLINERA
Vengo de moler morena
De los molinos de arriba
Dormí con la molinera, olé, olé
No me cobro la maquila
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos enfrente
Dormí con la molinera, olé, olé
Siempre se alegra de verme
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos de en medio
Dormí con la molinera, olé, olé
No me quedo otro remedio
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos de abajo
Dormí con la molinera, olé, olé
No me cobro su trabajo
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
De los molinos azules
Dormí con la molinera, olé, olé
Sábado domingo y lunes
Que vengo de moler morena
Vengo de moler morena
Del pueblo de Santa Marte
Dormí con la molinera, olé, olé
Nunca de mi queda harta
Que vengo de moler morena.