"RIPIOS FÚNEBRES PARA UN RIO Y SU PUENTE" (Reposición)
Este fue el título y subsiguiente comentario que con fecha 26 de abril de 2008 se dedicó a esta fotografía de Adrián, que siempre amante de su pueblo nos la ha brindado aquí, una vez más, como grato recuerdo de otro tiempo. Como quiera que el contenido de dichos "Ripios" es reflejo de una realidad que en su día existió, me he permitido abusar de la generosidad de "Yo no me llamo Gardel", para con permiso de su "foto", reproducirlos.
Y a nuestra "Guadalajarita" en México (como verás, te tenemos muy presente), le digo también que, con sus propios ojos, aprecie cuán románticos y sentimentales nos ponemos en esta tierra que es la nuestra, hasta con las más pequeñas cosas de la misma. Así podrás formarte la idea de cómo lo seremos en el aspecto humano, sensibles hasta no más.
Tampoco viene mal recordárselo a los jóvenes que no la conocieron, o a los adultos que la olvidaron, ya que, la austeridad de otros tiempos, más bien ayunos en ciertos bienes materiales, no lo han sido así en cuanto a los esperituales, valores que también son imprescindibles para hacer la vida más humana, y por tanto, más feliz. ¿Qué quedó de estos últimos?, casi nada. La explotación masiva de la tierra, la irrigación del subsuelo, el cambio climático, los pesticidas, los herbicidas, los topillos, la "intemerata" y alguna "gaita" más, han conseguido lo que en la foto se ve: el desierto.
¿Qué fue de nuestro río "Poveda"/ hoy mustio triste y seco/, víctima de desamparo/, que llora con rabia y desprecio/ de los que vilmente atropellaron/ la alegría de su cauce/, en su día bien sobrado/, que hoy no llega a cloaca/, ni beber pueden los pájaros?.
La imaginación se nos seca/ al contemplar este vil páramo/, de un río que dio vida/, a peces, cangrejos y barbos/, a alamedas y pequeños huertos/, a ranas, carpas y sapos/, y para completar la fauna/, hasta a feos renacuajos.
¿Qué fue de aquellas aguas/, limpias como oro en paño/ de nuestro río "Poveda"/, que imitando al Viejo Caño/, también regaló vida/ a través de luengos años/, desde servir de abrevadero/, a mulas, bueyes y asnos/, y de vajillas fregadero, de quienes lavaban platos?.
¿Es posible que los sin memoria/ tan pronto hayan olvidado/ que el viejo río hoy seco/, despreciado y maltratado/, con gloria regó otros días/, las frondosas hierbas del prado/ alimentando cada primavera/ las cabezas de ganado/ que el pueblo todo tuviera/ limpio y libre de todo gasto?.
Cualquiera al ver este puente/, puede que hoy dijera/ ¿a qué tanto aparato/ para salvar la carretera/, cuando de río ni regato/, y de avenidas ni la muestra?, pues que sepa este curioso/, que en su día así no fuera/, y que la construcción es proporcionada/, a lo que nuestro río era/, y que hasta movió molinos/, aunque nadie nos lo crea.
Saludos cordiales a todos/as.
Este fue el título y subsiguiente comentario que con fecha 26 de abril de 2008 se dedicó a esta fotografía de Adrián, que siempre amante de su pueblo nos la ha brindado aquí, una vez más, como grato recuerdo de otro tiempo. Como quiera que el contenido de dichos "Ripios" es reflejo de una realidad que en su día existió, me he permitido abusar de la generosidad de "Yo no me llamo Gardel", para con permiso de su "foto", reproducirlos.
Y a nuestra "Guadalajarita" en México (como verás, te tenemos muy presente), le digo también que, con sus propios ojos, aprecie cuán románticos y sentimentales nos ponemos en esta tierra que es la nuestra, hasta con las más pequeñas cosas de la misma. Así podrás formarte la idea de cómo lo seremos en el aspecto humano, sensibles hasta no más.
Tampoco viene mal recordárselo a los jóvenes que no la conocieron, o a los adultos que la olvidaron, ya que, la austeridad de otros tiempos, más bien ayunos en ciertos bienes materiales, no lo han sido así en cuanto a los esperituales, valores que también son imprescindibles para hacer la vida más humana, y por tanto, más feliz. ¿Qué quedó de estos últimos?, casi nada. La explotación masiva de la tierra, la irrigación del subsuelo, el cambio climático, los pesticidas, los herbicidas, los topillos, la "intemerata" y alguna "gaita" más, han conseguido lo que en la foto se ve: el desierto.
¿Qué fue de nuestro río "Poveda"/ hoy mustio triste y seco/, víctima de desamparo/, que llora con rabia y desprecio/ de los que vilmente atropellaron/ la alegría de su cauce/, en su día bien sobrado/, que hoy no llega a cloaca/, ni beber pueden los pájaros?.
La imaginación se nos seca/ al contemplar este vil páramo/, de un río que dio vida/, a peces, cangrejos y barbos/, a alamedas y pequeños huertos/, a ranas, carpas y sapos/, y para completar la fauna/, hasta a feos renacuajos.
¿Qué fue de aquellas aguas/, limpias como oro en paño/ de nuestro río "Poveda"/, que imitando al Viejo Caño/, también regaló vida/ a través de luengos años/, desde servir de abrevadero/, a mulas, bueyes y asnos/, y de vajillas fregadero, de quienes lavaban platos?.
¿Es posible que los sin memoria/ tan pronto hayan olvidado/ que el viejo río hoy seco/, despreciado y maltratado/, con gloria regó otros días/, las frondosas hierbas del prado/ alimentando cada primavera/ las cabezas de ganado/ que el pueblo todo tuviera/ limpio y libre de todo gasto?.
Cualquiera al ver este puente/, puede que hoy dijera/ ¿a qué tanto aparato/ para salvar la carretera/, cuando de río ni regato/, y de avenidas ni la muestra?, pues que sepa este curioso/, que en su día así no fuera/, y que la construcción es proporcionada/, a lo que nuestro río era/, y que hasta movió molinos/, aunque nadie nos lo crea.
Saludos cordiales a todos/as.