En tiempo de estío el Tormes lleva poco caudal; parece un arroyo a punto de secarse, algo que muy de tarde en tarde ocurre; sin embargo, por las marcas que queda en su ribera ya intuimos que en otras épocas, sea de lluvia o deshielo de los neveros de Gredos, o ambas cosas combinadas, el cauce que ocupa es mucho mayor y parece un gran río, amenazando casas próximas e invadiendo algunas tierras.