Al parecer, fueron los Reyes Católicos quienes ordenaron construir el puente que encontramos bajo la protección del castillo. Trece arcos de medio punto –no todos de la misma medida- salvan el cauce del río Tormes. Con sus robustos tajamares lleva siglos resistiendo el empuje de las fuertes riadas que se producen por la combinación de intensas lluvias y el deshielo de las nevadas cumbres de Gredos. No obstante, como el tiempo no pasa en balde, este viejo paso está pidiendo la atención de las autoridades, ya se aprecian los efectos de su vetustez y está pidiendo la intervención necesaria para conservar sus partes más deterioradas. No amenaza ruina, pero hay que ir reparando aquello que la naturaleza va deteriorando.