Llega el
invierno y nuestros
pueblos ya se van preparando para esa soledad que da el frío al emigrar a la ciudad todos aquellos que durante el
verano alargan el regusto de la tranquilidad (demasiada tranquilidad) que da esos atardeceres casi silenciosos de los
campos castellanos. Los más valientes se dan como fecha tope la
fiesta de todos los
Santos, ese día que tenemos para recordar a nuestros antecesores en el latir de la vida del
pueblo que (ley de vida) nos fueron dejando. Octubre lo despedimos
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