En la
Catedral,
El maravilloso cimborrio que cubre el crucero de la misma y sus maravillosos detalles en su cuerpo ochavado sobre pechinas, tambor cilíndrico liberado por amplios
ventanales y
cúpula semiesférica, rematada en linterna.
Una grandiosa obra neoclásica de Juan de Sagarvinaga que vino a sustituir al primitivo levantado por Joaquín Churriguera en el año 1725 muy parecido al de la catedral de
Burgos, con nervaduras y decoración barroca y al que el terremoto de Lisboa del año 1755 cuarteó peligrosamente.
Rodeando el interior hay relieves con ocho escenas de la
Virgen.