En la
Catedral.
El
Coro fue construido de 1710 a 1733, según las trazas de Joaquín Benito y Alberto de Churriguera. Se trata de uno de los grandes conjuntos barrocos españoles que brillan con luz propia, escondiendo un complejo programa teológico bajo sus profusos estilemas. Su estructura consta de coro alto y coro bajo, entre los que se reparten los diferentes estalos y escaños. Los respaldares de los asientos del coro alto son los que desarrollan mayor altura,
La presencia del coro en mitad del espacio adquiere unas connotaciones peculiares en la catedral de
Salamanca. Su ubicación en los tramos centrales de la nave principal indica que se ha colocado siguiendo el modo hispánico, a la zaga de lo resuelto por Santiago y
Toledo. Sin embargo, la configuración de la cabecera responde en un primer momento a planteamientos derivados del novedoso trazado vallisoletano.
En el coro alto con los sillones en relieve de la Última Cena.
El estalo episcopal es ocupado por un relieve de
Cristo Salvador, pero lejos de presentarlo con el atributo de la
cruz, mostrando las llagas y caminando sobre tierra firme, lo descubre manifestándose en gloria, entre nubes y
coros angélicos, con ropas vaporosas ondeando al viento, que dejan percibir a su través la potente anatomía. Cristo sostiene el orbe con la mano izquierda, mientras que con la derecha bendice.
El tabernáculo que se eleva sobre el estalo episcopal ha recibido un mayor desarrollo en la versión terminada, al añadirse ángeles mancebos en lugar de los clásicos seráficos niños, en su interior la Inmaculada, y la alegoría final el Espíritu
Santo.
Cronología de los estalos:
San Matías, San Judas Tadeo, Santiago el menor, San Juan, San Andrés, San Pedro, Cristo Salvador, San Pablo, Santiago el mayor, Santo Tomás, San Simón, San Bartolomé y San Felipe. Se realiza la exclusión de Judas Iscariote por San Pablo.