Por todos los lugares de la Península Ibérica se conserva el recuerdo de un pasado en el que los creyentes en la ley de Moisés abundaban y eran importantes. En este pueblo existió una sinagoga, de la que al parecer son estos restos, lo que pone de manifiesto la importancia de la comunidad judía en el lugar. La historia nos dice que en todos los lugares sufrieron persecuciones de todo tipo y, como no podía ser menos, en nuestro país también. La expulsión decretada por los reyes Católicos, no fue la primera persecución que sufrieron en estas tierras, pero seguramente la más cruel pues supuso la expulsión de miles de familias que tuvieron que mal vender sus enseres y propiedades antes de partir al exilio, por no querer renegar de la fe de sus mayores. Transcurrido el tiempo, ahora son muchos los lugares que tienen interés en poner de manifiesto los restos que recuerdan a aquellos que sufrieron aquellas consecuencias.