Muy mal por parte de los operarios del suministro eléctrico a la iglesia al colocar el poste de hierro en el que se apoya el cable junto al histórico reloj de arena; poco debieron cavilar y poca sensibilidad tuvieron por el escaso esfuerzo realizado para buscar otro punto de apoyo u otra forma de llevar la energía eléctrica al templo. Mal por esos operarios, por la compañía suministradora que cuida poco estos detalles y mal también por las autoridades competentes en velar por el patrimonio histórico y cultural.