Tengo que reconocer que he conocido este pueblo demasiado tarde, tal vez, porque no se publicita demasiado. Pero cuando lo descubrí me dí cuenta de que, en conjunto es el mejor pueblo de Salamanca, no ya tanto en lo objetivo, que también, sino y sobre todo el lo subjetivo. Uno allí siente verdadera envidia del comportamiento de sus gentes hacie el forastero y de su forma de guardar e interpretar sus tradiciones. Fiestas como el "Noveno", "Santa Cruz", "Corpus", "Semana Santa", designación de los mayordomos. En fin todo. Ah y se me olvidaba (perdon), el Mercado Medieval y las Bodas Reales. De verdad, es lo mejor. De alguna manera he hecho de este pueblo un poco "mi pueblo". Finalmente un recordatorio hacia sus gentes, en su mayoría de cierta edad, pero que representan con una dignidad admirable, el espítiru y orgullo de ser de allí. Qué suerte. Qué envidia. Ya sabéis que, si me aceptáis, tenéis en mí a un mensajero que tratará de hacer llegar a cuantos pueda la belleza de San Felices.