Me parece un acierto lo que se ha hecho en este recinto fortificado dedicado ahora a cementerio. Haber hecho un camino de ronda a modo de adarve y haber sujetado con una andamiaje de hierro fuerte y seguro las dos paredes que quedan de la torre del homenaje, ha permitido dos cosas: 1 reforzar y preservar de esta forma lo que queda en pie original del castillo, y 2 que las personas puedan acceder hasta lo alto de la torre y contemplar el extenso y bonito paisaje que desde la misma se contempla.