En alabanza de las Cigüeñas. Cuando regresaba esta tarde a Salamanca desde Rinconada, volvía como casí siempre y desde que era niño, un poco triste y melancólico. De pronto se me alegró el alma al ver como una cigüeña alimentaba a sus polluelos en el nido que había hecho sobre una almena del Castillo de Tejeda. Y es que os tengo que decir que el Castillo de Tejeda es el Castillo de mis sueños desde mi infancia. Este castillo de los López de Tejeda ha sido motivo para mí de largas horas de estudio, ... (ver texto completo)