Bonito edificio de la antigua estación del ferrocarril. Es similar a la de su vecina de Aldealengua, aunque en este se ha dejado el ladrillo al descubierto. También en este caso el edificio está en buen estado de conservación y se encuentra libre de personas. Solo una de las estancias permanece abierta al público, la que hace las veces de sala de espera; el resto de huecos, tanto de puertas como de ventanas, aparecen fortificados para evitar los daños que ocasionarían los vándalos y quienes tienen por costumbre adueñarse de lo ajeno.