No voy a defenderme: soy culpable.He arrastrado mi culpa desde que te ví. Tal vez por eso, mucho antes de te conociera yo intuía ya que, algún día, iba a encontrarte y me colocarías en la encrucijada actual.
Eras algo así como una lacra prematura, una prenoción insistente: una de esas ráfagas de aire medio cálido que, al apuntar la
primavera, parece sumergirnos en el
verano.Que ajeno era entonces, que ingenuo.ahora te veo como lo que realmente eres.un mal que me roe por dentro, una gangrena que
... (ver texto completo)