Es curiosa la presencia de un caimán, al que le falta la cabeza, disecado en uno de los pilares cercanos a la entrada. Se cuenta que éste engulló a una niña mientras varios pequeños jugaban junto al
río Margañán. El lagarto se tumbó después al sol para reposar y los vecinos fueron en su busca, le capturaron y con un golpe de hoz le seccionaron la cabeza para después rescatar viva a la niña, lo que se consideró un hecho milagroso. El ejemplar procedía del río Orinoco y se trajo en uno de los viajes tras el descubrimiento de América como un presente para el Licenciado Toribio Gómez, natural de este
pueblo y consejero de los Reyes Católicos.