El comienzo de su construcción tuvo lugar cuando agonizaba el siglo XV y de ahí que se resolviera con las formas propias del
gótico hispano-flamenco, derivado en este caso de soluciones abulenses, en particular de la
iglesia de
Santo Tomás, y en ese sentido es el ejemplar más logrado de la provincia. El núcleo de la iglesia levanta tres naves, más alta la central, individualizadas por pilares fasciculados, y
capilla mayor poligonal precedida por un tramo recto; además tiene un crucero sobre el que se construyó un cimborrio bien marcado en altura.