El cultivo de la vid llegó a Encinedo en el periodo
medieval cuando La
Cabrera pasó a estar bajo la influencia de los
monasterios Bercianos. La religión fue uno de los motivos por los cuales se extendió su cultivo, ya que el vino era un requisito imprescindible para la celebración de la misa.
Cada
familia de Encinedo poseía al menos una viña y aunque la falta de mano de obra ha forzado la desaparición de la mitad de las viñas, prácticamente todas las
familias que siguen viviendo en el
pueblo siguen cuidando la propia.
Las viñas ocupan terrenos pedregosos e inclinados de la parte de la solana de Encinedo, en los que normalmente es dificil cultivar otra cosa.
Las vides estan plantadas en filas rectas llamadas gavias con una separación de dos metros entra cada cepa y entre gavia y gavia.
Generalmente se plantaba solo un tipo de vid, garnacha normalmente, pero varias plantas se perdían cada año a causa del hielo y enfermedades por lo que eran sustituidas por otros tipos que presentaban mejores cosechas, por lo que en cada viña hay una mezcla de diferentes tipos de uva. Así se presentan en cada viña cepas de garnacha, mencía, godello, alacante, palomino..
La plaga de la filoxera que apareció en
Francia en 1863, destruyó gran parte de los viñedos de Encinedo a principios del siglo XIX.
CUIDADOS DE LA VIÑA
Durante el mes de marzo o abril, antes de la salida de los primeros brotes se poda la viña. Esto se hace para que tengan mas fuerza los nuevos brotes que se dejan y en consecuencia los
frutos sean mejores. La poda evita además la sobreexplotación de la planta, lo que le permite tener mas años de vida. Las ramas cortadas se pican en trozos menudos y se extienden por toda la viña sirviendo de abono.
Durante la
primavera las viñas se llenan de diversas hierbas, morubia, ruda, cominos, correhuela... y para eliminarlos es necesario cavarla para arrancarlas, así la cepa es la única que se alimenta de la tierra. Cada dos o tres años también se abona en esta época, enterrando cerca de las cepas abono de los
ganados, aunque no debe ser en demasiada cantidad ya que se quemaria la planta.
Tras la salida de las hojas y
flores la viña se sulfata y se le hecha azufre a las plantas para protegerlas de
insectos y enfermedades, repitiendo la operación un par de veces mas hasta que las uvas estan a punto de madurar.
Los largos
inviernos de Encinedo que pueden durar a veces hasta el mes de junio hacen que las uvas al igual que las demás
frutas no maduren hasta el mes de octubre. También es frecuente que se adelanten los inviernos y no lleguen a madurar completamente.
Cuando las uvas empiezan a madurar las viñas sufren el acoso de los pájaros por el día y de tejones y zorros por la
noche. Para evitar que estos se las comieran los habitantes de Encinedo tuvieron que ingeniárselas de diferentes maneras.
Durante el día siempre habia una persona en la viña, generalmente se turnaban los niños y estaban haciendo ruidos con latas y dando voces para que no se acercasen los tordos, mirlos y urracas. También se ponian espantapájaros ("espantayos") que sólo hacían efecto los primeros días. Se inventó un aparato de madera con una hélice de latón que por la acción del viento hacia golpear unos clavos sobre una lata produciendo un gran ruido y espantando los pájaros. Llevava un estabilizador que siempre lo hacia estar a favor del viento, pero su defecto era que no siempre habia viento y además no dejaba dormir por la noche.
Por la noche se solían encerrar perros en las casetas de
piedra que había en cada viña y que servía además para guardar algunas herramientas para su cuidado y para resguardarse en caso de
lluvia o frío.
Hace unos años llegaron los espantapájaros de carburo que eran unos artefactos que producían un disparo cada poco tiempo al combinar la piedra de carburo con unas gotas de
agua. Hoy siguen funcionando aunque consumen gas butano.
COSECHA
Para recolectar las uvas se llevaba a la viña una masera grande de madera de
nogal en el el
carro. Los racimos se recogían en cestas de mimbre teniendo cuidado de que no se cogiesen hojas de la cepa (ya que se creia que estas hacian que el vino se picase) y se descargaban en la masera. Se llevaba el carro hasta la
puerta de la
bodega, colocándolo un poco inclinado hacia atrás y se empezaban a pisar haciendo turnos. El mosto salía por un pequeño agujero de la masera y se recogia en cubos y se vaciaba en las cubas sin llenarlas completamente. Una vez pisadas todas las uvas y recogido el mosto se añadía a cada
cuba parte de las pieles y restos de los racimos (buyo) para hacer el aguardiente en la próxima primavera y que el vino fermentase mejor.
En los días previos a la vendimia se lavaban las cubas frotándolas con un cepillo fuerte y agua caliente y se dejaban dos o tres días llenas de agua para que la madera creciese y se cerrasen tadas las grietas. Antes de llenarlas de vino se untaban por dentro con unto y aguardiente y se desinfectaban quemando azufre en su interior.
Era muy frecuente añadir huesos de jamones para que el vino quedase más fuerte y si el tiempo no habia dejado madurar los racimos lo suficiente se le añadían varios kilos de azúcar.
Una vez guardado todo el mosto en las cubas se tapaba con un trapo la boca y se dejaba en reposo hasta que empezase a fermentar lo que ocurría a las dos semanas. Cuando estaba fermentando era necesario bajar el buyo con un palo cada poco para evitar que se derramase, lo cual hacia que tuviesen que pasar más de una noche en la bodega con el riesgo de morir a causa de los gases que se desprendian de las cubas.
Después de fermentado el vino se tapaba la boca de las cubas con una piedra a medida y una masa de ceniza de modo que quedase cerrada herméticamente. Se tenia que tener un especial cuidado de no golpear la cuba para que no se picase el vino.
Era
costumbre empezar el vino nuevo en la
fiesta de
Santa Lucía (13 de dicienbre) o de
San Antonio (17 de enero) y una vez empezada la cuba se debía sacar al menos un poco de vino cada día hasta que se acabase.
Cuando se acababa el vino de una cuba se sacaban todos los restos de esta y por medio de las alquitaras de cobre se destilaba produciendo el aguardiente, esta práctica esta prohibida actualmente incluso para consumo propio.
Desde hace unos 30 años en algún día claro del mes de marzo o abril se embotella el vino y se vacian las cubas, se lavan y se guardan hasta la cosecha del próximo octubre.
27-06-2011