EL CURA Y LA MOZA
También ha sido muy comentada la historia o leyenda (me inclino por un hecho verídico) de un señor Cura que acosaba a una moza santiceña.
Ella lo puso en conocimiento a su familia y como era la palabra de una persona contra otra de mayor prestigio social, le recomendaron que cuando fuera abordada por el susodicho, le cortara su pene como prueba irrefutable de su abuso, pues de todos es sabido que, antiguamente, el Clero, ostentaba poderosa influencia con el poder y se corría un tupido velo a estas bochornosas y denigrantes actuaciones.
Esta actitud tan valiente y decidida de la joven fue mi comentada. La historia o leyenda urbana, contaban que el sacerdote marchó a casa de un amigo médico para que le arreglase el desaguisado.
Cuando me preguntan sobre mis orígenes, siempre he hecho gala de santiceño, sin ser nativo de ahí.
Muchas personas me han preguntado, en otras ciudades de la provincia de Salamanca, sobre este “caso” y siempre me terminaban diciendo: “ ¿Eres del pueblo que le cortaron al Cura el pito?”, lo transcribo como campechanamente me lo expresan.
Siempre, fui muy observador sobre asuntos históricos, leyendas o mitos, escuchados a las personas mayores, he tomado buena cuenta. A ellos el aula de la vida, les ha enseñado muchas cosas y son enciclopedias, de los municipios. Antes tenía a mi entrañable padre que sabía mucho de esos lares e incluso mi madre la cual acaba de hacer 93 años y su mente, en estos momentos, no está para historias, ni recuerdos.
No tengo inconveniente de facilitar mi correo, daría uno no oficial, para que me confirmasen este hecho.
En ningún caso serían descubiertas las personas que me lo han contado. El nombre de la moza acosada lo tengo casi confirmado, si alguien me lo da agradecido. Lo digo porque se lo que se cuece en los pueblos.
UN SALUDO
RODRÍGUEZ PEÑA
También ha sido muy comentada la historia o leyenda (me inclino por un hecho verídico) de un señor Cura que acosaba a una moza santiceña.
Ella lo puso en conocimiento a su familia y como era la palabra de una persona contra otra de mayor prestigio social, le recomendaron que cuando fuera abordada por el susodicho, le cortara su pene como prueba irrefutable de su abuso, pues de todos es sabido que, antiguamente, el Clero, ostentaba poderosa influencia con el poder y se corría un tupido velo a estas bochornosas y denigrantes actuaciones.
Esta actitud tan valiente y decidida de la joven fue mi comentada. La historia o leyenda urbana, contaban que el sacerdote marchó a casa de un amigo médico para que le arreglase el desaguisado.
Cuando me preguntan sobre mis orígenes, siempre he hecho gala de santiceño, sin ser nativo de ahí.
Muchas personas me han preguntado, en otras ciudades de la provincia de Salamanca, sobre este “caso” y siempre me terminaban diciendo: “ ¿Eres del pueblo que le cortaron al Cura el pito?”, lo transcribo como campechanamente me lo expresan.
Siempre, fui muy observador sobre asuntos históricos, leyendas o mitos, escuchados a las personas mayores, he tomado buena cuenta. A ellos el aula de la vida, les ha enseñado muchas cosas y son enciclopedias, de los municipios. Antes tenía a mi entrañable padre que sabía mucho de esos lares e incluso mi madre la cual acaba de hacer 93 años y su mente, en estos momentos, no está para historias, ni recuerdos.
No tengo inconveniente de facilitar mi correo, daría uno no oficial, para que me confirmasen este hecho.
En ningún caso serían descubiertas las personas que me lo han contado. El nombre de la moza acosada lo tengo casi confirmado, si alguien me lo da agradecido. Lo digo porque se lo que se cuece en los pueblos.
UN SALUDO
RODRÍGUEZ PEÑA
EL CURA FUE UN CABALLERO Y NUNCA SE METIÓ CON LA MOZA”
He estado conversando con mi prima Consuelo, esposa de José Luis Mangas Rodríguez, conocedora de esta familia y, por consiguiente, del sacerdote, estando al corriente del caso ocurrido en el pueblo y que fue muy comentado por las villas salmantinas.
Me ha explicado que “la historia de la moza y el cura fue un bulo que levantaron contra el honor del sacerdote”, faltando a la verdad.
Se llamaba D. Luis Prieto Temprano (q. e. p. d.) habiendo estado en la guerra durante bastantes años. En la contienda recibió unos impactos de metralla, sobre esa zona, sin poder especificar el lugar. En este caso no sabemos si fue el cuádriceps anterior, las ingles, o el recto abdominal o sus partes íntimas.
Me confirman y justo es hacerlo que era un caballero, habiendo vivido primero, en la calle La Fuente, número 3. Luego en la Parroquia. Sus hermanos eran Rogelio, Pio y Manuela, no recordando cómo se llamaban sus progenitores.
Las secuelas de la metralla le dejaron un poco cojo y de cuando en cuando sangraba bastante por la zona dañada. Aquello empeoró y tuvo que acudir al hospital de Salamanca para ser curado. Él cojeaba por las reminiscencias de bala.
Este hecho lo aprovechó cierta señorita, que corrió como reguero de pólvora, la falsa noticia, de haber protagonizado el hecho que hemos comentado, la moza en cuestión, cuyo nombre sabemos, era mujer de “armas tomar”
Aquella leyenda urbana lesionó el honor del sacerdote que, durante años, tuvo que marcharse al municipio de Villaescusa, provincia de Zamora, en el corazón de la Guareña, donde hace poco falleció.
No es lícito dañar a ninguna persona con estas noticias, porque D. Luis, ha muerto, estando en ese pueblo más de cincuenta años.
Siendo esta la causa, nos vemos en la obligación moral, de restituir el honor del señor párroco.
Me baso en este hermoso pasaje bíblico de San Mateo 22,21 que decía
¿Es lícito pagar tributo al César o no?"
Jesús, conociendo su malicia, dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
Mostradme la moneda del tributo”
Ellos le presentaron un denario.
Y les dice: " ¿De quién es esta imagen y la inscripción?"
Le respondieron del César, a lo que Jesús respondió:
“Dad al César lo que es del César y...
... a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21)
RODRÍGUEZ PEÑA
He estado conversando con mi prima Consuelo, esposa de José Luis Mangas Rodríguez, conocedora de esta familia y, por consiguiente, del sacerdote, estando al corriente del caso ocurrido en el pueblo y que fue muy comentado por las villas salmantinas.
Me ha explicado que “la historia de la moza y el cura fue un bulo que levantaron contra el honor del sacerdote”, faltando a la verdad.
Se llamaba D. Luis Prieto Temprano (q. e. p. d.) habiendo estado en la guerra durante bastantes años. En la contienda recibió unos impactos de metralla, sobre esa zona, sin poder especificar el lugar. En este caso no sabemos si fue el cuádriceps anterior, las ingles, o el recto abdominal o sus partes íntimas.
Me confirman y justo es hacerlo que era un caballero, habiendo vivido primero, en la calle La Fuente, número 3. Luego en la Parroquia. Sus hermanos eran Rogelio, Pio y Manuela, no recordando cómo se llamaban sus progenitores.
Las secuelas de la metralla le dejaron un poco cojo y de cuando en cuando sangraba bastante por la zona dañada. Aquello empeoró y tuvo que acudir al hospital de Salamanca para ser curado. Él cojeaba por las reminiscencias de bala.
Este hecho lo aprovechó cierta señorita, que corrió como reguero de pólvora, la falsa noticia, de haber protagonizado el hecho que hemos comentado, la moza en cuestión, cuyo nombre sabemos, era mujer de “armas tomar”
Aquella leyenda urbana lesionó el honor del sacerdote que, durante años, tuvo que marcharse al municipio de Villaescusa, provincia de Zamora, en el corazón de la Guareña, donde hace poco falleció.
No es lícito dañar a ninguna persona con estas noticias, porque D. Luis, ha muerto, estando en ese pueblo más de cincuenta años.
Siendo esta la causa, nos vemos en la obligación moral, de restituir el honor del señor párroco.
Me baso en este hermoso pasaje bíblico de San Mateo 22,21 que decía
¿Es lícito pagar tributo al César o no?"
Jesús, conociendo su malicia, dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
Mostradme la moneda del tributo”
Ellos le presentaron un denario.
Y les dice: " ¿De quién es esta imagen y la inscripción?"
Le respondieron del César, a lo que Jesús respondió:
“Dad al César lo que es del César y...
... a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21)
RODRÍGUEZ PEÑA