Ofertas de luz y gas

SANTIZ: ARDILLA ROJA (Sciurus vulgaris)...

ARDILLA ROJA (Sciurus vulgaris)

© Antonio Vázquez Argüelles. Fotografía cedida por su autor fuera de concurso.

Imagen de una pareja de ardillas comiendo nueces.

FICHA TÉCNICA

Orden: Rodentia.

Familia: Esciúridos.

Género: Sciurus.

Especie: Sciurus vulgaris (Linnaeus, 1758).

Subespecies presentes: Aunque es una cuestión con cierta polémica, se admite, sobre la base de criterios morfológicos y de color, que en la Península Ibérica hay presentes seis subespecies de la ardilla roja: S. v. alpinus (Desmarest, 1822) de pequeño tamaño, propia de la zona de los Pirineos. S. v. infuscatus (Cabrera, 1905) la de mayor tamaño, en la zona de Madrid, Ávila, Segovia y Valladolid. S. v. numantius = S. v. numantinus (Miller, 1907), de menor tamaño que la anterior, en la zona de Burgos, Asturias, León, Vitoria, Huesca, Cuenca y Tarragona. S. v. segurae = S. v. baeticus (Miller, 1909) con la garganta blanca, en Albacete, Cazorla, Segura y Las Villas y norte de la provincia de Granada. S. v. rufus, en la zona del Valle del Ebro. S. v. hoffmani (Valverde, 1967), con la cola blanca, en Sierra Espuña (Murcia) y Sierra de María (Almería).

Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 19 y 24 cms.

Longitud de la cola: de 15 a 20 cms.

Peso: Depende de la subespecie, y va desde los más de 500 gramos en el grupo infuscatus-hoffmani, a los 200 gramos en el grupo alpinus.

Status de la especie: No amenazada.

DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE

Popular, ágil y simpático roedor que desarrolla su vida de modo fundamental en los árboles, con hábitos diurnos y que está activo durante todo el año.

La ardilla es una especie muy antigua, habiéndose encontrado restos fósiles con una edad estimada entre los 20 y 30 millones de años. En la actualidad la ardilla habita los cinco continentes, contando la familia (Esciuridus) con unas 350 especies, con hábitos tanto arborícolas como terrestres. Si bien en el territorio español tan solo está presente la ardilla roja (Sciurus vulgaris) y la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus. Linnaeus, 1758), especie esta última que tiene limitada su presencia geográfica a la isla de Fuerteventura, donde fue introducida en 1965 procedente de África, contando con una importante población en la actualidad en esa isla. En Europa, aunque la especie más abundante es la ardilla roja (Sciurus vulgaris), también está presente la ardilla gris o de Las Carolinas (Sciurus carolinensis), una especie alóctona de mayor tamaño que la ardilla roja que ha sido introducida en Gran Bretaña y Centro-Europa procedente de Norteamérica, donde se ha aclimato de un modo excelente, llegando a desplazar a la ardilla roja.

La ardilla roja, es un animal muy sociable y simpático, que acepta la presencia humana sin dificultad, por lo que es habitual verla en parque y jardines, donde acepta con agrado alimentos de las personas. Por el contrario en las sierras y lugares donde no está habituada a la presencia humana, al menor atisbo de movimiento o ruido huye con rapidez y trepa por los árboles para situarse fuera de su alcance, aunque su curiosidad le hace mirar hacia el visitante tan pronto se considera a salvo. Si tenemos la ocasión de observar al animal descendiendo de un árbol o rama comprobaremos que siempre lo hace cabeza abajo. Tanto el ascenso como el descenso es muy rápido gracias a las poderosas uñas con que cuentan sus cuatro patas (con 4 dedos la anteriores y 5 las posteriores). Las características anatómicas y movilidad de las patas delanteras, le permite al animal que pueda usarlas a modo de pequeñas manos, de las que se ayudan para sujetar los alimentos que pela y come.

El nombre de ardilla roja es ilustrativo del color de la capa de la especie, aun cuando la coloración puede variar significativamente entre los individuos y particularmente de una subespecie a otra. El pelaje del animal difiere sensiblemente de invierno cuando el pelaje o capa es más oscuro que en verano, aun cuando la principal característica que presenta el animal en verano con respecto al invierno, es que en invierno presenta largos y abundantes pelos sobre las orejas (pinceles auriculares) los que desaparecen y se caen en verano, para volver a aparecer nuevamente al llegar los rigores invernales al año siguiente. Esta característica de los pinceles auriculares permite al identificar la imagen de una ardilla saber si la fotografía ha sido tomada en invierno o verano.

Otro aspecto anatómico destacable en la configuración general del animal es la presencia permanente de una bien dotada y poblada cola, con aspecto voluminoso y esponjoso, que le sirve a la especie como punto de apoyo y, fundamentalmente, para equilibrar sus ágiles movimientos en los árboles, donde pasa la mayor parte de su vida, incluida la cría, para lo que construye unos característicos y curiosos nidos en las horquillas de los árboles, de forma esférica, de unos 20 a 30 cms. de diámetro, en los que acondiciona una cámara protegida con hojas y musgo en la que da a luz dos veces al año a sus crías: de 1 a 6, aunque normalmente son 3 ó 4 ejemplares. El nido es de tal importancia en la etología de la especie que el individuo, muy solitario, suele poseer más de un nido en su territorio, que cuenta con un radio medio de 200 a 300 metros, al que los machos suelen delimitar con orina y otras marcas territorialistas, espacio en el que puede acondicionar hasta 6 nidos, aunque lo normal en que sean menos, de los que uno de ellos es el utilizado por la hembra para criar y los restantes para refugiarse, para descansar o como despensa

15/01/2011 EMILIO ZARZA JUAN