Éste agosto hemos vivido dos hechos que hacen pensar, el primero signo de modernidad y progreso y el segundo de despoblación.
A primeros de mes estrenamos
carretera, estupenda por cierto, y a finales vivimos el regreso de los lobos por nuestros parajes.
Sí habéis leído bien, lobos. Se hicieron notar como mejor saben, matando.
Las pobres
ovejas que pernoctaban al fresco, hubieron de salir despavoridas rompiendo vallas para librarse de sus fauces. Perecieron una
oveja y un carnero, que hubo de
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