Pocas veces me es dado hallarme en Serradilla en los comienzos de Septiembre. Se me logró, aunque en visita breve, este año coincidiendo con el comienzo de la novena al Cristo Bendito. Participé en el traslado de su imagen a la iglesia parroquial en la que quedó instalada en sus andas hasta su fiesta, a la que por obligaciones ineludible no pude quedarme. Pero me traje en recuerdo la foto de arriba, tan rodeada de flores.
Recordé entonces un par de composiciones poéticas de nuestro querido paisano e inspirado poeta D. Elías. La primera es un largo poema al Cristo, imposible de traer completo aquí. La segunda un soneto a la ermita. He aquí los últimos versos del primero y el soneto. Son recuerdos nostálgicos de las gentes y solemnidades de Serradilla.
Pues eres Tú, y es muy seguro, Cristo,
de este pueblo el primer residente.
Sabes bien de su historia y de su gente,
de los que ahora son y de los que han sido;
del dolor, tantas veces contenido
y el trabajo tan duro y exigente.
Así el pueblo Te tiene en gran aprecio:
Que los hombres Te rezan en silencio,
Te aclaman y bendicen las mujeres.
Y aunque eres Cristo de los afligidos
que entiendes de dolor y padeceres,
también sabes de dicha y regocijo.
Por eso el pueblo Te venera y quiere
y siempre Te llamó "Cristo Bendito".
Soneto sobre la Ermita
Separada del pueblo, pero unida,
es la casa más nuestra y más cercana:
la ermita, que de el Cristo es la peana
y es fuente de fervor y fe vivida.
En ella está la imagen más querida
del gran "Manso Cordero"; y a él cercana
está "el paso del huerto", angustia humana,
y está "La Dolorosa" compungida.
Es la ermita reclamo de las gentes
y va al Cristo Bendito dedicada,
que atiende a los dolientes y sufridos.
Es pobre, pero rica en sus creyentes
y rica en la persona más amada:
El santo Cristo de los Afligidos.
Recordé entonces un par de composiciones poéticas de nuestro querido paisano e inspirado poeta D. Elías. La primera es un largo poema al Cristo, imposible de traer completo aquí. La segunda un soneto a la ermita. He aquí los últimos versos del primero y el soneto. Son recuerdos nostálgicos de las gentes y solemnidades de Serradilla.
Pues eres Tú, y es muy seguro, Cristo,
de este pueblo el primer residente.
Sabes bien de su historia y de su gente,
de los que ahora son y de los que han sido;
del dolor, tantas veces contenido
y el trabajo tan duro y exigente.
Así el pueblo Te tiene en gran aprecio:
Que los hombres Te rezan en silencio,
Te aclaman y bendicen las mujeres.
Y aunque eres Cristo de los afligidos
que entiendes de dolor y padeceres,
también sabes de dicha y regocijo.
Por eso el pueblo Te venera y quiere
y siempre Te llamó "Cristo Bendito".
Soneto sobre la Ermita
Separada del pueblo, pero unida,
es la casa más nuestra y más cercana:
la ermita, que de el Cristo es la peana
y es fuente de fervor y fe vivida.
En ella está la imagen más querida
del gran "Manso Cordero"; y a él cercana
está "el paso del huerto", angustia humana,
y está "La Dolorosa" compungida.
Es la ermita reclamo de las gentes
y va al Cristo Bendito dedicada,
que atiende a los dolientes y sufridos.
Es pobre, pero rica en sus creyentes
y rica en la persona más amada:
El santo Cristo de los Afligidos.