En este edificio, ahora remozado para su nuevo destino, estuvo en tiempos, la Panera del Pósito y la cárcel del pueblo, a la que todos llamábamos la "perrera".
Como cárcel, en su planta, no recuerdo que funcionara más que dos veces. La primera en los primeros días de agosto del año 36. Un vecino quiso resistirse a la orden de entregar todas las armas, dictada por los generales sublevados poco antes. Se le impuso como castigo dormir una noche en la "perrera". En el pueblo sólo había siete escopetas ... (ver texto completo)
Como cárcel, en su planta, no recuerdo que funcionara más que dos veces. La primera en los primeros días de agosto del año 36. Un vecino quiso resistirse a la orden de entregar todas las armas, dictada por los generales sublevados poco antes. Se le impuso como castigo dormir una noche en la "perrera". En el pueblo sólo había siete escopetas ... (ver texto completo)