El progreso nos depara sorpresas a la vuelta de los años. Esta fue la
plaza de mis vivencias infantiles, ahora trasformada.
La que fue mi
casa, hoy hotelito rumboso. Mi pobre
escuela, elegante
ayuntamiento. la
fragua de Tío Manuel, airosa casa de la
foto. ¡Todo muy moderno!
Aunque duela el corazón, ¡Viva el lujo y quien lo trujo!