Como no tengo nietos a quienes contar mis batallitas, y a alguno parece que le agradan mis historietas ahí van algunas.
No fui testigo presencial de ellas; sólo testigo de oídas ya que sucedieron antes de mi nacimiento
La primera se refiere a un eclipse de sol. Lo oía contar con tanto detalle y sobre todo con tanto colorido que creí, por mucho tiempo, que el hecho había sido reciente cuando, en realidad, debió suceder en 1905.
Ocurrió cuando la mayor parte de la gente estaba trillando en las eras. Decían que el sol comenzó a oscurecerse, que se iban viendo las estrellas. Que la gente, asustada, soltaba las parejas y se iba a casa. Que las gallinas se retiraban a los corrales y hasta los perros aullaban asustados. ¡Esto oía contar! Si verdad o simple exageración, no sabría decirlo.
Mi experiencia con eclipses solares, en especial el último anular, no coinciden con esta descripción. Claro que la mía es una experiencia desde grandes urbes, donde la contaminación lumínica no permite descubrir estrellas casi nunca.
Tratando, ya mayor, de fijar estos hechos, investigué en los Anuarios Astronómicos. Mis investigaciones sobre eclipses solares me dicen que desde 1900 a 1935, fecha esta desde la que puedo presumir de recuerdos totalmente conscientes, no hubo en España más que tres eclipses totales de sol.
El primero, el 28 de mayo de 1900. Naturalmente no podía se éste ya que Mayo no es época de trilla. También porque como total sólo fue visible en una estrecha franja de 70 kms, que cruzaba oblicuamente la península desde aproximadamente Oporto hasta Alicante. Quizá en nuestra zona pudiera verse como parcial.
El tercero el 17 de Abril de 1912. Más raro aún porque sólo fue visible en la cornisa cantábrica.
El segundo, que coincide con las circunstancias antedichas, sucedió el 30 de Agosto de 1905. Un poco tarde para que aún se estuviera trillando, aunque sí, quizá, con alguna tarea en las eras.
Fue total en una amplia franja de 200 km cuya línea central iba desde la Coruña a Elche, pasando por Valladolid. Nuestra zona quedaba algo fuera de esta franja aunque la rozaba de algún modo. Puede que no se viera como eclipse total paro sí muy próximo a total.
Los que tengan curiosidad por más detalles, pueden buscar en Google “eclipses solares totales” y descargar alguna de las bastantes Web sobre eclipses, y tendrán una muy amplia información con inclusión de gráficos y fotografías.
Segundo recuerdo de oídas, pero más reciente: La visita de Alfonso XIII a las Hurdes.
Tuvo lugar en 1922. Muy comentado y celebrado. Estuvo precedida la visita por la inauguración del pantano de Zamarra sobre el águeda. Nuestra gente, como muchos de los pueblos colindantes salió en masa a ver al Rey a Zamarra.
Tercer recuerdo es trágico. Debió suceder por los años 1925 o 1926. Era secretario un hijo del pueblo: de. Camilo Carreño, gran cazador. Entre sus piezas cobradas una fue un cérvido de amplia cornamenta, que utilizaba como percha a la entrada de su casa. Muchos puede que la hayan visto en casa de tío Severiano, quien adquirió la casa a su viuda.
Tenía un puesto de caza disimulado junto al camino de la Viña, en los jarales de los montes próximos. Pues bien, un mal día salió, aparentemente de caza, y se descerrajó un tiro con su propia escopeta.
Corrieron diversas versiones. La procedente de su propia familia lo achacaba al miedo por una anunciada fiscalización de todos los ayuntamientos decretada por el entonces dictador Primo de Rivera. Otros a disgustos con su mujer, maestra del pueblo, de carácter altamente autoritario. Por noticias posteriores que tengo de aquella “buena” señora, esta última versión me parece la más probable.
Como no había aún secretaría del ayuntamiento, trabajaba en su propia casa, en la que tenía el archivo municipal. Al levantar la viuda su casa para trasladarse a un pueblo próximo a Salamanca, se deshizo del archivo tirándolo en algunos de los muchos muladares que rodeaban el pueblo. La gente recogía lo que le podía interesar. He visto un grueso expediente entre los papeles de mi abuelo sobre un pleito de embargo y venta de fincas para pagar una deuda, que finalmente fueron compradas por él, que figuraba como fiador.
Sospecho que otro expediente, referente a Porteros, debió ser recogido por tío Fausto.
Le oí decir que tenía un “libro” sobre Porteros, en el que se hablaba de su compra por un tal senador de Coria, y su reparto entre 16 sobrinos al carecer aquél de herederos directos.
Lamento no habérselo pedido para leerlo. ¿Quizá fue a parar a alguno de los sobrinos de tío Fausto? Si así fuera sería bueno que saliera a la luz, porque los expedientes judiciales suelen contener muy amplia información sobre los casos que tratan.
No fui testigo presencial de ellas; sólo testigo de oídas ya que sucedieron antes de mi nacimiento
La primera se refiere a un eclipse de sol. Lo oía contar con tanto detalle y sobre todo con tanto colorido que creí, por mucho tiempo, que el hecho había sido reciente cuando, en realidad, debió suceder en 1905.
Ocurrió cuando la mayor parte de la gente estaba trillando en las eras. Decían que el sol comenzó a oscurecerse, que se iban viendo las estrellas. Que la gente, asustada, soltaba las parejas y se iba a casa. Que las gallinas se retiraban a los corrales y hasta los perros aullaban asustados. ¡Esto oía contar! Si verdad o simple exageración, no sabría decirlo.
Mi experiencia con eclipses solares, en especial el último anular, no coinciden con esta descripción. Claro que la mía es una experiencia desde grandes urbes, donde la contaminación lumínica no permite descubrir estrellas casi nunca.
Tratando, ya mayor, de fijar estos hechos, investigué en los Anuarios Astronómicos. Mis investigaciones sobre eclipses solares me dicen que desde 1900 a 1935, fecha esta desde la que puedo presumir de recuerdos totalmente conscientes, no hubo en España más que tres eclipses totales de sol.
El primero, el 28 de mayo de 1900. Naturalmente no podía se éste ya que Mayo no es época de trilla. También porque como total sólo fue visible en una estrecha franja de 70 kms, que cruzaba oblicuamente la península desde aproximadamente Oporto hasta Alicante. Quizá en nuestra zona pudiera verse como parcial.
El tercero el 17 de Abril de 1912. Más raro aún porque sólo fue visible en la cornisa cantábrica.
El segundo, que coincide con las circunstancias antedichas, sucedió el 30 de Agosto de 1905. Un poco tarde para que aún se estuviera trillando, aunque sí, quizá, con alguna tarea en las eras.
Fue total en una amplia franja de 200 km cuya línea central iba desde la Coruña a Elche, pasando por Valladolid. Nuestra zona quedaba algo fuera de esta franja aunque la rozaba de algún modo. Puede que no se viera como eclipse total paro sí muy próximo a total.
Los que tengan curiosidad por más detalles, pueden buscar en Google “eclipses solares totales” y descargar alguna de las bastantes Web sobre eclipses, y tendrán una muy amplia información con inclusión de gráficos y fotografías.
Segundo recuerdo de oídas, pero más reciente: La visita de Alfonso XIII a las Hurdes.
Tuvo lugar en 1922. Muy comentado y celebrado. Estuvo precedida la visita por la inauguración del pantano de Zamarra sobre el águeda. Nuestra gente, como muchos de los pueblos colindantes salió en masa a ver al Rey a Zamarra.
Tercer recuerdo es trágico. Debió suceder por los años 1925 o 1926. Era secretario un hijo del pueblo: de. Camilo Carreño, gran cazador. Entre sus piezas cobradas una fue un cérvido de amplia cornamenta, que utilizaba como percha a la entrada de su casa. Muchos puede que la hayan visto en casa de tío Severiano, quien adquirió la casa a su viuda.
Tenía un puesto de caza disimulado junto al camino de la Viña, en los jarales de los montes próximos. Pues bien, un mal día salió, aparentemente de caza, y se descerrajó un tiro con su propia escopeta.
Corrieron diversas versiones. La procedente de su propia familia lo achacaba al miedo por una anunciada fiscalización de todos los ayuntamientos decretada por el entonces dictador Primo de Rivera. Otros a disgustos con su mujer, maestra del pueblo, de carácter altamente autoritario. Por noticias posteriores que tengo de aquella “buena” señora, esta última versión me parece la más probable.
Como no había aún secretaría del ayuntamiento, trabajaba en su propia casa, en la que tenía el archivo municipal. Al levantar la viuda su casa para trasladarse a un pueblo próximo a Salamanca, se deshizo del archivo tirándolo en algunos de los muchos muladares que rodeaban el pueblo. La gente recogía lo que le podía interesar. He visto un grueso expediente entre los papeles de mi abuelo sobre un pleito de embargo y venta de fincas para pagar una deuda, que finalmente fueron compradas por él, que figuraba como fiador.
Sospecho que otro expediente, referente a Porteros, debió ser recogido por tío Fausto.
Le oí decir que tenía un “libro” sobre Porteros, en el que se hablaba de su compra por un tal senador de Coria, y su reparto entre 16 sobrinos al carecer aquél de herederos directos.
Lamento no habérselo pedido para leerlo. ¿Quizá fue a parar a alguno de los sobrinos de tío Fausto? Si así fuera sería bueno que saliera a la luz, porque los expedientes judiciales suelen contener muy amplia información sobre los casos que tratan.