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SERRADILLA DEL LLANO: La vista de esta corrida, en plaza improvisada, me...

La vista de esta corrida, en plaza improvisada, me hace recordar un par de sonetos, aún inéditos, de nuestro semipaisano el poeta Elías Miguel Gutiérrez, nieto del Sr. Silverio, de los varios que dedica a cuestiones del toreo y que, como primicia, quiero dar a conocer a mis paisanos.

EL PASEILLO

Runrún en los anillos de la plaza
cuando pisan el coso los toreros.
Son gracia de oro y luz los tres primeros
que encabezan la fiesta de una raza.

Detrás uno del otro, que lo enlaza,
vistiendo plata, los banderilleros;
picadores, monosabios, areneros,
mulillas y caballos con coraza.

Son las gentes que sirven el gran rito
de la fiesta sin par de bravos toros;
cruzan la arena en rítmico paseo.

Hay palmas, fogonazos, algún grito;
mil colores se mezclan con los oros,
y alguno, al aire, ensaya un capoteo.

SALIDA DEL TORO

Ciego de sombra y harto de chiqueros
salta a la plaza el toro embravecido.
Corre, se mueve, gira y da un mugido
añorando la dehesa y compañeros.

Sin querer derrotar en burladeros
se encampana en el centro; su mirada
es desafío al público en la grada
antes de que lo toquen los toreros.

¡Qué estampa de animal, única y bella!
Erguida la cabeza, enviste al viento
con dos puñales de perfil sonoro.

Monumento a sí mismo, que es la estrella,
brilla en la arena al sol, por un momento,
sólo la enorme majestad del toro.

¡Dignos de figurar, estos y otros más que ha escrito, en las mejores antología del toreo!