SERRADILLA DEL LLANO: SERRADILLA LA POBRE...

SERRADILLA LA POBRE
Hacia el año 1957, residiendo yo en Córdoba, recibí la invitación para asistir a la primera misa de un amigo mío, natural de la Alberca: Gregorio Calama. Acudieron también a dicha primera misa la madre y una tía de Gregorio. Por cierto con la indumentaria típica albercana, poco adecuada para las altas temperaturas de aquella ciudad andaluza, comenzado ya el verano.
Mi amigo me presento, como era natural, a sus familiares, añadiendo que era de Serradilla del Llano. No sé cuál de ellas apostilló: ¡Ah!, de Serradilla la Pobre. Me quedé algo cortado; nunca había oído aplicar tal denominación a nuestro pueblo. Pero, repuesto enseguida, le contesté, como iba siendo ya verdad. “Eso sería antes, porque ahora ha salido de esa pobreza con la compra de Porteros, y la prolongación de la carretera hasta las Hurdes. Antes teníamos que ir a los comercios de la otra Serradilla, pero ahora, con frecuencia vienen de allí a comprar a la nuestra”.
No obstante, no he podido olvidar nunca de aquella frase que hirió mi sensibilidad pueblerina. Por ello encontrar su razón de ser, me ha rondado constantemente por la cabeza. Creo que tal fama, en los pueblos del entorno, se debió a la azarosa historia del pueblo.
Inicialmente el pueblo solo comprendía del río hacia acá, aproximadamente un tercio (unos 20 Km2) del término actual. De dicha extensión la mayor parte eran tierras de Foro, arrendables pero no de propiedad. Recuerdo a mi padre arando unos terrenos por encima del Prahondo y pertenecientes a dicho Foro. Otras partes debieron ser donaciones, quizá a la Peña de Francia, que denominaban Tierras de la Virgen. Alguna más, de las que son resto los Lombos, la Dehesa y Valdeherreros, terrenos comunales, resgtos del Realengo (propiedad de la Corona) que fue todo el pueblo. A ellas hay que añadir las laderas de Valderobleo y el Castañal, repartidas y sorteadas recientemente (al menos la del Castañal, por el año 1934 más o menos) entre todos los casados en el momento. (De ahí las expresiones Suerte primera, segunda, etc de primero, segundo etc vareo, frecuente en los libros del Catastros). Sin olvidas que buena parte es improductiva por los abundantes peñascales. Las tierras en propiedad, por tanto, durante michos años debieron ser mínimas.
En conversación mantenida en Bilbao con D. Hipólito, que fue maestro del pueblo, me contó que, recién llegado él a Serradilla, los maestros elaboraron un informe sobre la situación económica del pueblo, llegando a la conclusión de que sus gentes eran pobres, pero el ayuntamiento rico. Y es que la propiedad tanto el Foro, como de las Tierras de Nuestra Señora, como la de los terrenos más tarde repartidos, como la Dehesa y Valdeherreros, había venido a recaer en el Ayuntamiento que las seguía arrendando.
No me resisto a contar algo oído a un miembro del Ayuntamiento en los días de mi niñez. Parece que cierto día llegaron al pueblo algunos hombres reclamando la propiedad del Prahondo de cuya buena calidad tenían noticias. Pro desconocían su ubicación por lo que pedían al Ayuntamiento que se lo mostraran. Con astucia muy de pueblo, los llevaron a la hondonada que hay por encima del Pracima, entre la carretera y los corrales actuales de Ferino, haciéndoles creer que aquel era el Prahondo. Desilusionados naturalmente, abandonaron la pretensión de reclamar la propiedad.
Esta falta de tierras propias ha sido a mí entender la causa de la cacareada pobreza de Serradilla del Llano, ya que para sobrevivir, durante mucho tiempo, nuestras gentes tuvieron que acudir a los arrendamientos, tanto en el pueblo como en Porteros. Algunos obtenían regulares rendimientos y se iban defendiendo; otros tenían que acudir al préstamo, tanto para las semillas como para la explotación de las tierras, lo que se llevaba la mayor parte de las ganancias. No pocos prestamistas eran de Serradilla del Arroyo, amigos de altos intereses, lo que producía no pocos resquemores entre ambos pueblos, origen de las tradicionales peleas domingueras entre los muchachos de ambos pueblos y de alguna, bien curiosa y sonada entre los no tan chicos.
Hoy, Gracias a Dios, nadie puede tachar a Serradilla del Llano de Pobre, al menos de más pobre que los pueblos del entorno.