He estado intentando recuperar de Internet las respuestas que los prohombres de entonces de nuestro pueblo dieron a las preguntas que se le hacían en el llamado Catastro de Ensenada. No sé por qué ahora no me es posible acceder a él, cuando hace tiempo era facilísimo. Tengo, pues, que echar mano de mi memoria.
Era hacia 17857 más o menos. En tales respuestas se hablaba de los dos únicos molinos existentes, aunque no se indicaban sus localizaciones. Uno, quizá el que luego fue del Sr. Nisio, era propiedad de un señor de Serradilla del Arroyo, al que no nombraban y otro, en la Barquesera, evidentemente, era propiedad del párroco de Atalaya.
En cuanto a las pesqueras diré que tenían dos finalidades: para riego y para los molinos, simultaneándolas en ocasiones.
Todos los años se hacía una justamente en la linde con Monsagro, ligeramente por encima del actual pantano. En alguna época, que yo ya no conocí, movía el batán, que mi abuelo Antonio tuvo el la Ribera, luego convertido en cabaña.
Le seguía el que la mayoría habrá conocido, el de Ángel, que antes fue de su padre, el Sr. Florencio. Prácticamente no existía pesquera porque allí el río se ensanchaba con muy poca profundidad: la Vadera, y bastaba con unas ligeras piedras para desviar la corriente hacia el molino. Quizá tuvo también batán. Lo asegura Marcial Hernández en su libro "Aportaciones a la Historia de Serradilla del Llano", obra en la que habla de dos batanes, aunque supone el segundo en la Barquesera, ignorando el yo menciono de la Ribera´
La siguiente pesquera y molino, el del Sr. Nisio, o actualmente del madrileño. Esta pesquera es la llamada del Caozo, del que alguien se queja por su abandono. Como la propiedad es privada el ayuntamiento no tiene responsabilidad alguna en él. El Sr. Nisio la reforzó, lo mismo que el caño, con lanchas precedetes del asentamiento tardoromano del Teso de los Ladríllo, primer nucleo poblacional en el actual término del pueblo.
Más abajo debió haber habido otro en la zona de Val de Molinos, que yo no conocí
y donde más tarde volvió a construir el suyo Juan, hijo de Tía Lucinda, supongo que padre de Nacho el del bar.
Pasado Puntivieja, frente a la denominada La Viña, construyó mi otro abuelo Joaquín el suyo, alimentado por una doble pesquera. Por desgracia una recia crecida del río, se las llevó por delante dejando inútil el molino. Todavía en mapas oficiales suele figurar su emplazamiento y la denominación Molino de tío Joaquín.
Finalmente la última pesquera y molino son los de la Barquesera. Su último propietario el Sr. Pedro. y supongo que sus restos de sus herederos. La pesquera servía también para riego. Sólo solo una vez estuve en la pesquera y por fuera del molino.
El que sí conocí bien por dentro y por fuera fue el del Sr. Nisio. La primera vez
de niño acompañando a mi padre que llevaba trigo a moler. La Sra. Ana María, fue prima hermana de mi madre y por tanto nos considerábamos familia. Me lo enseñaron a conciencia, tanto las muelas con sus tolvas, el cedazo, la rueda motriz con sus álabes, y el sistema de cierre del agua. Los tengo aún gravados en mi retina.
Años más tarde, con algunos conocimientos prácticos yo sobre instalaciones y generación de electricidad, el Sr Nisio me quiso enseñar la que había hecho, algún tanto rudimentariamente, para tener alumbrado eléctrico, instalando una dinamo (generador de corriente continua) de segunda mano, pero en buen estado porque estaban substituyéndose ya las industriales por alternadores de corriente alterna, como se sabe mucho más apta para el trasporte a distancia de la corriente.
Era hacia 17857 más o menos. En tales respuestas se hablaba de los dos únicos molinos existentes, aunque no se indicaban sus localizaciones. Uno, quizá el que luego fue del Sr. Nisio, era propiedad de un señor de Serradilla del Arroyo, al que no nombraban y otro, en la Barquesera, evidentemente, era propiedad del párroco de Atalaya.
En cuanto a las pesqueras diré que tenían dos finalidades: para riego y para los molinos, simultaneándolas en ocasiones.
Todos los años se hacía una justamente en la linde con Monsagro, ligeramente por encima del actual pantano. En alguna época, que yo ya no conocí, movía el batán, que mi abuelo Antonio tuvo el la Ribera, luego convertido en cabaña.
Le seguía el que la mayoría habrá conocido, el de Ángel, que antes fue de su padre, el Sr. Florencio. Prácticamente no existía pesquera porque allí el río se ensanchaba con muy poca profundidad: la Vadera, y bastaba con unas ligeras piedras para desviar la corriente hacia el molino. Quizá tuvo también batán. Lo asegura Marcial Hernández en su libro "Aportaciones a la Historia de Serradilla del Llano", obra en la que habla de dos batanes, aunque supone el segundo en la Barquesera, ignorando el yo menciono de la Ribera´
La siguiente pesquera y molino, el del Sr. Nisio, o actualmente del madrileño. Esta pesquera es la llamada del Caozo, del que alguien se queja por su abandono. Como la propiedad es privada el ayuntamiento no tiene responsabilidad alguna en él. El Sr. Nisio la reforzó, lo mismo que el caño, con lanchas precedetes del asentamiento tardoromano del Teso de los Ladríllo, primer nucleo poblacional en el actual término del pueblo.
Más abajo debió haber habido otro en la zona de Val de Molinos, que yo no conocí
y donde más tarde volvió a construir el suyo Juan, hijo de Tía Lucinda, supongo que padre de Nacho el del bar.
Pasado Puntivieja, frente a la denominada La Viña, construyó mi otro abuelo Joaquín el suyo, alimentado por una doble pesquera. Por desgracia una recia crecida del río, se las llevó por delante dejando inútil el molino. Todavía en mapas oficiales suele figurar su emplazamiento y la denominación Molino de tío Joaquín.
Finalmente la última pesquera y molino son los de la Barquesera. Su último propietario el Sr. Pedro. y supongo que sus restos de sus herederos. La pesquera servía también para riego. Sólo solo una vez estuve en la pesquera y por fuera del molino.
El que sí conocí bien por dentro y por fuera fue el del Sr. Nisio. La primera vez
de niño acompañando a mi padre que llevaba trigo a moler. La Sra. Ana María, fue prima hermana de mi madre y por tanto nos considerábamos familia. Me lo enseñaron a conciencia, tanto las muelas con sus tolvas, el cedazo, la rueda motriz con sus álabes, y el sistema de cierre del agua. Los tengo aún gravados en mi retina.
Años más tarde, con algunos conocimientos prácticos yo sobre instalaciones y generación de electricidad, el Sr Nisio me quiso enseñar la que había hecho, algún tanto rudimentariamente, para tener alumbrado eléctrico, instalando una dinamo (generador de corriente continua) de segunda mano, pero en buen estado porque estaban substituyéndose ya las industriales por alternadores de corriente alterna, como se sabe mucho más apta para el trasporte a distancia de la corriente.