Por las notas que constan de sus testamentos, que casi todos hacían ante los “Fieles de Fechos” (escribanos), nuestros antepasados eran dados a encargar numerosas misas: de entierro, honras y cabo de año con una tres lecturas, a veces con diácono y subdiácono; misas a numerosos santos: san Pedro, San Miguel, San Marcos, Santa Catalina, al Ángel de la Guarda, al Santo de su Nombre, a las Ánimas Benditas del Purgatorio, misas de Novena, misas por su alma, misas por penitencias mal cumplidas, misas de descargo etc. En casos llegaban a más de 70.
Otra cosa cuyo funcionamiento no acierto a calibrar eran las mandas de “Ofrendas por un año (en fiestas de guardar) y un mes cada día sobre la propia tumba, “a pan, vino y cera” para la que se nombraba “ofrendera”, generalmente a una de las hijas. Qizá de ahí procedía la costumbre en mi infancia de que las madres con sus hijos menores ocuparan siempre el mismo sitio en la iglesia en el que tenían un candelero, al que llevaban y encendían gruesos cirios cada día de fiesta o misas de encargo. Y allí también se rezaban o cantaban responsos al terminar las misas
Por aquel entonces la parroquia dependía del Beneficiado y Rector de Monsagro, del que eran anexos ambas Serradillas, Guadapero y Porteros y eran regidas por “curas tenientes”, es decir, curas con encargo temporal, aunque algunos duraban bastante en el cargo.
De momento no tengo más curiosas novedades. Si sigo encontrado alginas más trataré de ha-cerlas públicas.
Otra cosa cuyo funcionamiento no acierto a calibrar eran las mandas de “Ofrendas por un año (en fiestas de guardar) y un mes cada día sobre la propia tumba, “a pan, vino y cera” para la que se nombraba “ofrendera”, generalmente a una de las hijas. Qizá de ahí procedía la costumbre en mi infancia de que las madres con sus hijos menores ocuparan siempre el mismo sitio en la iglesia en el que tenían un candelero, al que llevaban y encendían gruesos cirios cada día de fiesta o misas de encargo. Y allí también se rezaban o cantaban responsos al terminar las misas
Por aquel entonces la parroquia dependía del Beneficiado y Rector de Monsagro, del que eran anexos ambas Serradillas, Guadapero y Porteros y eran regidas por “curas tenientes”, es decir, curas con encargo temporal, aunque algunos duraban bastante en el cargo.
De momento no tengo más curiosas novedades. Si sigo encontrado alginas más trataré de ha-cerlas públicas.