Según mis datos las sucesivas reformas de la iglesia han sido tres. La primera, de la que tengo datos ciertos, iría desde 1716, fecha de las primeras partidas de defunción que existen, hasta 1778. En ella habría habido 3 altares: Santa Catalina, San Marcos y Ntra. Sra. del Rosario, más una ermita en el “término del pueblo”. Se encargan misas en los altares de la iglesia del lugar “que son tres” – se dice en varias partidas- y al Santo Cristo del Buen Suceso en su ermita.
Generalmente no se indican los titulares de los altares, pero sí se nombran en determinadas partidas los antes indicados. Las partidas llevan firma de los curas o párrocos, y algunos especifican que lo son de Serradilla del Llano y Porteros, anexos de Monsagro. Esta primera iglesia tenía, al menos, hasta cinco arcos –se pide en alguna partida que ser enterrado al pie del 5º arco, otros en el último, sin especificar el número. También se piden enterramientos en otros arcos más cercanos al altar. Naturalmente otros piden otros lugares del cuerpo de la iglesia.
La primitiva iglesia habría tenido también ”cuartos” fuera del recinto en los que se pide ser enterrados. Podrían corresponder con los restos, que según Marcial fueron encontrados fuera de la iglesia, por delante de su actual puerta.
Se habla en alguna partida de la “segunda Nave”. Quizá se refiera al espacio transversal entre el primero y el segundo arcos ya que no veo indicios de naves longitudinales. Tuvo también capillas, aunque solo se cita, repetidamente, la Capilla Mayor. Bastantes vecinos piden, en sus testamentos, ser enterrados en ella y en ella que se enterraron varios sacerdotes fallecidos durante su ministerio.
Durante la Visita Pastoral de 1731 el Visitador dice que: “hallo" que el muro frontero del altar mayor está en mal estado "teniendo asimismo necesidad de algunos reparos en las demás paredes con la brevedad que sea dable para evitar los perjuicios que de lo contrario pueden ocasionarse.
No parece que las reparaciones alteraran la estructura inicial de la iglesia ya que las indicaciones testamentarias de los difuntos siguen hablando de misas en los tres altares y en la ermita del Cristo hasta 1778, fecha en la que un feligrés: Juan Lázaro, solicita "“misas en los cinco altares de la expresada iglesia”. Hay a partir de esta fecha por algún tiempo bastante ambigüedad, pues se vuelve a hablar de tres y de cuatro altares. Hay, sin embargo, una novedad: se piden ” misas de indulgencia” novedad surgida ya anteriormente pero referida a Monsagro en cuyo altar “ privilegiado” se encargan misas de indulgencia.
Por fin, a partir de 1781 Juan Hernández “encarga “una misa en cada uno de los altares de dicha iglesia, que son cinco”. Pienso que se trata ya de la penúltima estructura de la iglesia, la de mi infancia, y que Marcial describa magistralmente. En la pared frontal del presbiterio los altares eran tres. De izquierda a derecha: Santa Catalina, el Cristo del Buen Suceso y San Marcos. En el altar del Santo Cristo, un cartelito, adosado a la columna de la izquierda, decía: “Altar Privilegiado ad Perpetuum”. Es decir, que las misas celebradas en él, concedían indulgencia plenaria. Y esto mientras el altar existiera. También este privilegio se ha perdido.
En la mesa del altar de san Marcos, se hallaba también la pequeña imagen del Niño Jesús, que en mis pocos años me producía la misma ternura que se suele producir entre los niños pequeños.
Los otros dos altares debieron ser los ya existes de Ntra. Sra. del Ros ario y el de la Vera Cruz. Nota interesante para la cuestión es que a partir de la estructuración que comento no se vuelve a hablar de la ermita del Cristo a pesar de que se siguen encargando misas en su honor.
Teniendo en cuenta la existencia de un altar en la ermita del Cristo, y de otro de Ntra. Sra. del Rosario en fechas muy anteriores a la desaparición del convento de Porteros, pienso que se impone la rectificación de la hipótesis de que los altares de tales denominaciones, que hubo antes de la reforma actual, procedieron de Porteros.
Generalmente no se indican los titulares de los altares, pero sí se nombran en determinadas partidas los antes indicados. Las partidas llevan firma de los curas o párrocos, y algunos especifican que lo son de Serradilla del Llano y Porteros, anexos de Monsagro. Esta primera iglesia tenía, al menos, hasta cinco arcos –se pide en alguna partida que ser enterrado al pie del 5º arco, otros en el último, sin especificar el número. También se piden enterramientos en otros arcos más cercanos al altar. Naturalmente otros piden otros lugares del cuerpo de la iglesia.
La primitiva iglesia habría tenido también ”cuartos” fuera del recinto en los que se pide ser enterrados. Podrían corresponder con los restos, que según Marcial fueron encontrados fuera de la iglesia, por delante de su actual puerta.
Se habla en alguna partida de la “segunda Nave”. Quizá se refiera al espacio transversal entre el primero y el segundo arcos ya que no veo indicios de naves longitudinales. Tuvo también capillas, aunque solo se cita, repetidamente, la Capilla Mayor. Bastantes vecinos piden, en sus testamentos, ser enterrados en ella y en ella que se enterraron varios sacerdotes fallecidos durante su ministerio.
Durante la Visita Pastoral de 1731 el Visitador dice que: “hallo" que el muro frontero del altar mayor está en mal estado "teniendo asimismo necesidad de algunos reparos en las demás paredes con la brevedad que sea dable para evitar los perjuicios que de lo contrario pueden ocasionarse.
No parece que las reparaciones alteraran la estructura inicial de la iglesia ya que las indicaciones testamentarias de los difuntos siguen hablando de misas en los tres altares y en la ermita del Cristo hasta 1778, fecha en la que un feligrés: Juan Lázaro, solicita "“misas en los cinco altares de la expresada iglesia”. Hay a partir de esta fecha por algún tiempo bastante ambigüedad, pues se vuelve a hablar de tres y de cuatro altares. Hay, sin embargo, una novedad: se piden ” misas de indulgencia” novedad surgida ya anteriormente pero referida a Monsagro en cuyo altar “ privilegiado” se encargan misas de indulgencia.
Por fin, a partir de 1781 Juan Hernández “encarga “una misa en cada uno de los altares de dicha iglesia, que son cinco”. Pienso que se trata ya de la penúltima estructura de la iglesia, la de mi infancia, y que Marcial describa magistralmente. En la pared frontal del presbiterio los altares eran tres. De izquierda a derecha: Santa Catalina, el Cristo del Buen Suceso y San Marcos. En el altar del Santo Cristo, un cartelito, adosado a la columna de la izquierda, decía: “Altar Privilegiado ad Perpetuum”. Es decir, que las misas celebradas en él, concedían indulgencia plenaria. Y esto mientras el altar existiera. También este privilegio se ha perdido.
En la mesa del altar de san Marcos, se hallaba también la pequeña imagen del Niño Jesús, que en mis pocos años me producía la misma ternura que se suele producir entre los niños pequeños.
Los otros dos altares debieron ser los ya existes de Ntra. Sra. del Ros ario y el de la Vera Cruz. Nota interesante para la cuestión es que a partir de la estructuración que comento no se vuelve a hablar de la ermita del Cristo a pesar de que se siguen encargando misas en su honor.
Teniendo en cuenta la existencia de un altar en la ermita del Cristo, y de otro de Ntra. Sra. del Rosario en fechas muy anteriores a la desaparición del convento de Porteros, pienso que se impone la rectificación de la hipótesis de que los altares de tales denominaciones, que hubo antes de la reforma actual, procedieron de Porteros.