LA RUISEÑORA
En la taberna del Tres de Espadas,
entre guitarras y anís de mora,
¡cómo cantaba de madrugada
por soleares La Ruiseñora!
- Se acabó lo que se daba -
le dijo Paco Olivares
y la llevó hasta el altar.
Y ella que lo camelaba
se puso blanca de azahares
y nunca volvió a cantar.
Pero Paco antes del año,
empezó a volver de día
y a beber sin ton ni son,
y mordiendo el desengaño,
la flamenca repetía
en los hierros del balcón.
Estribillo
¿Que te pasa, Ruiseñora?
Que tengo un nido de pena y celos en la garganta,
que hasta el corazón me llora
por segurillas, por soleares y por tarantas.
¿Que sombra lo tiene esclavo?
¿de qué rumbo maldecío
viene este dolor de clavo
que me esbarata el sentío?
¿Donde está el agonizante
que entre la noche y la aurora
se muera cantando un cante
mejor que La Ruiseñora?
Al Tres de Espadas corrió celosa
con la carita despavoria
y vio a su Paco que con la Rosa
en una mesa se divertía.
Subió derecha al tablao:
- ¡Aquí está La Ruiseñora
pa lo que gusten mandar!
¡Lo de ése y yo se ha acabao!
¡Vuelvo a ser la cantaora!
¡Conque vamos a cantar!
- ¡Pues se va a cumplir tu suerte!
Y al relámpago de un tiro
el café se iluminó;
Ella vio llegar la muerte
y en el último suspiro
de este modo le cantó:
Estribillo
¡Dios te ampare, Ruiseñora!
Campanas doblen por el silencio de tu garganta;
recen por su cantaora
las segurillas, las soleares y las tarantas.
De un soplo me has apagado
la lámpara de la vida,
mira qué bien has pagado
lo que yo a ti te quería.
¿Donde está el agonizante
que entre la noche y la aurora
se muere cantando un cante
mejor que La Ruiseñora?
Final
Tenedle, por Dios, clemencia,
piedad tenedle los jueces,
que yo le di la licencia
para matarme cien veces.
¿Donde está el agonizante,
que entre la noche y la aurora,
se muere cantando un cante
igual que la Ruiseñora?
Concha Piquer
En la taberna del Tres de Espadas,
entre guitarras y anís de mora,
¡cómo cantaba de madrugada
por soleares La Ruiseñora!
- Se acabó lo que se daba -
le dijo Paco Olivares
y la llevó hasta el altar.
Y ella que lo camelaba
se puso blanca de azahares
y nunca volvió a cantar.
Pero Paco antes del año,
empezó a volver de día
y a beber sin ton ni son,
y mordiendo el desengaño,
la flamenca repetía
en los hierros del balcón.
Estribillo
¿Que te pasa, Ruiseñora?
Que tengo un nido de pena y celos en la garganta,
que hasta el corazón me llora
por segurillas, por soleares y por tarantas.
¿Que sombra lo tiene esclavo?
¿de qué rumbo maldecío
viene este dolor de clavo
que me esbarata el sentío?
¿Donde está el agonizante
que entre la noche y la aurora
se muera cantando un cante
mejor que La Ruiseñora?
Al Tres de Espadas corrió celosa
con la carita despavoria
y vio a su Paco que con la Rosa
en una mesa se divertía.
Subió derecha al tablao:
- ¡Aquí está La Ruiseñora
pa lo que gusten mandar!
¡Lo de ése y yo se ha acabao!
¡Vuelvo a ser la cantaora!
¡Conque vamos a cantar!
- ¡Pues se va a cumplir tu suerte!
Y al relámpago de un tiro
el café se iluminó;
Ella vio llegar la muerte
y en el último suspiro
de este modo le cantó:
Estribillo
¡Dios te ampare, Ruiseñora!
Campanas doblen por el silencio de tu garganta;
recen por su cantaora
las segurillas, las soleares y las tarantas.
De un soplo me has apagado
la lámpara de la vida,
mira qué bien has pagado
lo que yo a ti te quería.
¿Donde está el agonizante
que entre la noche y la aurora
se muere cantando un cante
mejor que La Ruiseñora?
Final
Tenedle, por Dios, clemencia,
piedad tenedle los jueces,
que yo le di la licencia
para matarme cien veces.
¿Donde está el agonizante,
que entre la noche y la aurora,
se muere cantando un cante
igual que la Ruiseñora?
Concha Piquer