CUANDO LLEGA LA MAÑANA
Todo está en calma profunda
ni un murmullo lo delata,
el mar se mece en silencio
bajo sus olas de plata.
Sus aguas tan transparentes
con espumas matizadas,
salpican plácidamente
las rocas de madrugada.
Ni todo el cielo estrellado
ni la vespertina aurora,
brilla con tanto esplendor
como sus brillantes olas.
La luna presta su manto
entre celajes de grana,
para que luzca su encanto
cuando llega la mañana.
Todo el mar reposa en calma
entre plácidos vaivenes,
bailando el vals de las olas
unas se van, otras vienen.
Más la aurora ya se acerca
descubriendo sus fulgores,
al tiempo que se despiertan
gaviotas y pescadores.
Todo vuelve a la rutina
los barcos sueltan amarres,
y van a tender sus redes
en esos inciertos mares.
Pa. Sa. Ma.
Todo está en calma profunda
ni un murmullo lo delata,
el mar se mece en silencio
bajo sus olas de plata.
Sus aguas tan transparentes
con espumas matizadas,
salpican plácidamente
las rocas de madrugada.
Ni todo el cielo estrellado
ni la vespertina aurora,
brilla con tanto esplendor
como sus brillantes olas.
La luna presta su manto
entre celajes de grana,
para que luzca su encanto
cuando llega la mañana.
Todo el mar reposa en calma
entre plácidos vaivenes,
bailando el vals de las olas
unas se van, otras vienen.
Más la aurora ya se acerca
descubriendo sus fulgores,
al tiempo que se despiertan
gaviotas y pescadores.
Todo vuelve a la rutina
los barcos sueltan amarres,
y van a tender sus redes
en esos inciertos mares.
Pa. Sa. Ma.