Todo lo que vivimos es digno de ser vivido.
Lo más importante es la voluntad de dejar fluir los sentimientos, que fueron el motivo por el cual nos pusimos la armadura.
Algunos de los mejores regalos de Dios son las plegarias sin respuesta.
Recuerda siempre que tienes el poder de ayudar y dar ánimos a las personas que te rodean tan solo con un gesto amable, o mejor aún, dedicándoles unas palabras de aliento.
Disfruto de todo lo que hago, porque mi trabajo es valioso y con él puedo ayudar a alguien.
La esperanza nunca muere