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Es la única plaza de toros cubierta en la provincia, muy apropiada para celebrar espectáculos en épocas frías, como suelen ser las fechas en las que se celebran las fiestas locales del 15 de octubre.
El "Toro de fuego" de Alba de Tormes con su aparato pirotécnico resulta excepcional en la provincia de Salamanca con su presencia en torno a las fiestas de Santa Teresa.
El mundo del toro también es fuente de inspiración en los trabajos de alfarería en este pueblo, como es el caso de la fotografía.
Botijo, muestra de la cerámica popular que se hace en esta población de Alba de Tormes.
Lo que nos quedó de un suntuoso palacio renacentista.
fiesta de 28 de agosto de 2017
Un pequeño templo que parece una catedral por sus tesoros artísticos en el interior, lo que motiva múltiples visitas.
¡Hola desde Bélgica! Vivo a 15 kilometros de Waterloo, por donde se vean muchas recuerdos de esa derrota final del Emperador Buonaparte. Aprendí (algo de) la lengua castellana en la buena ciudad de Salamanca, y siempre me place tener contactos en Castilla-León. ¡Que le vaya bien!
Saludos Pablo. Este lugar de Los Arapiles está cerca de Salamanca, unos 13 kilómetros, pero no es un lugar muy visitado, al menos por españoles, a pesar de haberse producido en este lugar la batalla decisiva que llevó al declive del ejército napoleónico en la Península Ibérica. A partir de la derrota del 22 de julio de 1812 en este lugar, las tropas francesas se batieron en retirada hasta el territorio francés.
La torre del reloj sobresale por encima del resto de edificios de este pequeño pueblo ubicado en la N-630, de Salamanca a Cáceres.
Detalle de uno de los sepulcros en esta iglesia mudéjar románica de Alba de Tormes.
Como consecuencia de la derrota francesa en estos campos de Los Arapiles el 22 de julio de 1812, tal día como hoy hace 205 años, José Bonaparte sale de Madrid.
El románico mudéjar está presente en este templo.
Plaza que ha sido ajardinada y presenta un buen aspecto.
Paisaje correspondiente al lugar en el que se enfrentaron los ejércitos franceses y aligados el 22 de julio de 1812 y donde perecieron miles de hombres.
Sencilla espadaña de ladrillo que conserva sus campanas y, como no puede ser de otra forma en esta tierra, también con su correspondiente nido de cigüeña.