Estaban Romeo y Julieta en una
noche muy romántica, con luna y en un
lugar muy alejado y privado y mantenían la siguiente conversación:
Julieta:
Romeo ¿no quisieras que coja tu miembro con mis manos y lo acaricie a
él y a tus bolitas, para que sientas placeres enormes? Romeo: ¡Como se te ocurre, amada mía!, ¿Cómo vas a usar esas manos tan puras para algo así? No, no, de ninguna manera.
Julieta:
Romeo, amor mío, ¿no quisieras que coja ese miembro tan varonil, y lo
ponga entre mis piernas
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