VENTOSA DEL RIO ALMAR: ÁGUILA BLANCA...

¡DESEOS DE AMOR LIBRE!

ARRIMARSE
Queremos que nos amen sin pausa tres embrujos
vagando solas en la isla de arena de amor de nada,
con deseos sentadas en el lecho de hierro oxidado
esperar ese mana que alimente el deseo de amar.
EXALTARSE
Si no hay hombres seremos tres machos en turno
acariciando en la noche la piel que desea quererse,
envueltos seis pares de manos en deseo de amor
para terminar el orgasmo colectivo de entrega fiel.
MAGREARSE
El océano será el testigo de nuestra loca aventura
que guarda secreto el silencio ardiente de las olas,
mientras el agua salubre lavara las culpas de amor
frente al resplandor perspicaz de calma del ocaso.
ALIVIARSE
Plenas de ardor al llenarse de luz de la bella aurora
las tres damas beben el café quitándose katiuskas,
encelando el gozar de esos coitos sin varón erecto
en aventuras que estabilicen ser amante de locura.
ESCONDERSE

Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
11 de febrero de 2012

Si amarte fuera ir al sol, yo por ti me quemaría y con mis cenizas «te amo» en el cielo escribiría... ¡Feliz día de los enamorados!

ÁGUILA BLANCA

De pie, cada mañana,
Junto a mi áspero lecho está el verdugo.—

Brilla el sol, nace el mundo, el aire ahuyenta
Del cráneo la malicia,—
Y mi águila infeliz, mi águila blanca
Que cada noche en mi alma se renueva,
Al alba universal las alas tiende
Y camino del sol emprende el vuelo.
Y silencioso el bárbaro verdugo
De un nuevo golpe de puñal le quiebra
El fuerte corazòn cada mañana.
Y en vez del claro vuelo al sol altivo
Por entre pies, ensangrentada, rota,
De un grano en busca el águila rastrea.

Oh noche, sol del triste, amable seno
Donde su fuerza el corazòn revive,
Perdura, apaga el sol, toma la forma
De mujer, libre y pura, a que yo pueda
Ungir tus pies, y con mis besos locos
Ceñir tu frente y calentar tus manos.
Líbrame, eterna noche, del verdugo,
O dale, a que me dé, con la primera
Alba, una limpia y redentora espada.
Que con qué la has de hacer? Con luz de estrellas!