D. ARGIMIRO MARTÍN BENITO DE
VILLALBA DE LOS LLANOS
UNA VIDA ENTREGADA AL MINISTERIO SACERDOTAL
Hora convenida once de la mañana. El sol aprieta en el
Campo Charro y el mercurio comienza a dispararse. D. Argimiro Martín Benito se halla de vacaciones lo que no sirve de pretexto para ser puntuales a la cita quiero obtener unos cuantos datos biográficos de una intensa vida, impartiendo el Magisterio sacerdotal.
Buenos días Reverendo párroco. “No, por favor, llámame Argimiro como lo hacen mis paisanos”. Así lo haremos. Nos hemos colocado bajo la sombre de un
árbol, como si fuera el de la vida, allí tenemos una amplia y fluida conversación.
PERFIL BIOGRÁFICO
Sus progenitores, Argimiro Martín casado con Rafaela Benito tuvieron cuatro varones que enumeramos por orden cronológico fueron: Argimiro, Heliodoro (q. e. p. d.), Rafael y Segundo. Nuestro conspicuo de turno vio la luz del día el 10 de Octubre de 1939, recién terminada la Guerra Civil, en Villalba de los Llanos, provincia de
Salamanca.
Cursó sus estudios primarios en su
pueblo natal, desde donde pasó al Seminario Menor de Salamanca, en el
Colegio Calatrava, donde hizo Bachiller y Filosofía. En la Universidad Pontificia de Salamanca se doctora en Teología y realiza la Licenciatura en esta materia.
El 19 de marzo de 1965 es una fecha clave en su vida al ser ordenado en el Ministerio Sacerdotal, en Salamanca. Su primera misa la cantó, en el mes de Abril, en Villalba de los Llanos. Aquel día, concitó una enorme expectación, viniendo, seminaristas, sacerdotes, personas de los
pueblos colindantes y sus
vecinos de Villalba. Hubo un convite popular que se celebró en el
Salón de Sebastián.
D. Cesáreo Polo (q. e. p. d.), maestro de Villalba de los Llanos, organizó para tal evento una velada de
teatro, ofrecida a las personalidades que se dieron cita, después de la sobremesa.
En mis pesquisas encuentro que es el segundo sacerdote nacido en el Villalba de los Llanos D. Ignacio y D. Argimiro, aunque hemos tratado de averiguar si D. Miguel era del municipio y al menos no he encontrado ningún rastro que le vincule como hijo de la Villa.
Preguntado que le impulsó a su vocación sacerdotal nos responde: “desde mi tierna infancia conviví con D. Paco, párroco de nuestra villa, en la tareas de la
Iglesia y quise ser como él. En parte fue mi norte y guía. Descubrí que el Señor me pedía una sacrificio para la Comunidad Cristiana y entendí que era el lugar ideal para desarrollarme como persona en toda mi plenitud”.
DILATADA VIDA AL SERVICIO DEL MAGISTERIO SACERDOTAL
D. Argimiro, tiene una hoja intensa al servicio de su vocación religiosa, siendo estos lugares donde ha impartido formación, clases, enseñanzas y Rector espiritual. Ha estado en el Seminario de
Valladolid, primero en el Menor, luego en el Mayor habiendo sido formador y profesor. Pasó a Salamanca al Colegio Maestro de
Ávila. Es miembro de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos dedicado a las vocaciones sacerdotales. Regresó al Seminario Mayor de Valladolid tutelando la formación y el profesorado. Su siguiente lugar fue
Toledo donde fue Rector del Seminario Menor. En el Seminario Mayor de Toledo ejerció como Rector Espiritual, al igual que, posteriormente, lo hizo en
Zaragoza. Actualmente, se halla en
Cáceres, en el Seminario Diocesano.
Cuando viene a Villalba, su pueblo, el párroco titular bajo el visto bueno del señor Obispo le dejan impartir los
santos oficios. Le pregunto cómo reacciona la gente, sus conciudadanos y nos dice: “Excelentemente. Me siento orgulloso de ser una persona muy querida y respetada por todos ellos /as. Cuando les veo en Misa observo su recogimiento, su atención, su alto grado de espiritualidad y ello me estimula”.
“EXISTE UNA CRISIS DE VALORES Y PARECE QUE TODO LO PASADO NO VALE”
D. Argimiro, ¿nos hallamos ante una crisis de valores humanos?
“Totalmente. La crisis es económica, familiar, educativa, espiritual... Estamos ante un mundo deshumanizado. Nos confundimos al querer romper con todo el pasado, como si todo hubiera sido negativo. Antes, primaba el esfuerzo, el respeto y amor al prójimo. Esto incide en el mundo espiritual, creando un enorme vacío y hay que darle valor a la vida y a los valores humanos. La Iglesia sigue tendiendo la mano al necesitado ahí está Cáritas dando un servicio a las capas más deprimidas. Si conseguimos hacer una reflexión seria y nos comprometemos todos, seguro que tendremos un mundo mejor”.
De verdad, debo confesar que, la primera vez que lo escuché fue una
Semana Santa, bella, apasionante, con la Iglesia repleta. Tanto sus misas como homilías están cargadas de un alto valor moral y social. Una vida entregada al sacerdocio.
Entiendo que los poderes públicos pueden tomar buena nota para nombrarle hijo predilecto de Villalba de los Llanos. Vale la pena reconocer los méritos de estas personas que desde el anonimato han sido excelentes profesionales y servidores desde la humildad han transmitido la PALABRA DEL SEÑOR.
Gracias, D. Argimiro, por su gentileza ha sido un placer conversar con usted.
RODRÍGUEZ PEÑA