EL LLANO
Había convenido con, Isidro Delgado Gabriel, que me enseñara y documentara sobre ciertos lugares de Villalba, para saber más de su
historia, de su orografía.
El día no es caluroso. Tiene la gentileza de venirme a buscar a
casa, subo en su automóvil y enfocamos dirección a La Maza. La calzada tiene un estado lamentable. En menos de un kilómetro, encontramos 367 hoyos, impropios de una
carretera, aunque sea agrícola que no es el caso.
Aprovechando el viaje y viendo el trazado pediría a los gestores públicos, sea el organismo que fuere, que se dignen en dejar en buen estado esta carretera que, posiblemente, sea la peor de
España y también los ciudadanos contribuyen al erario público. Que no se llame andana la Diputación y que el
Ayuntamiento de Villalba exija su acondicionamiento. Hasta hace no tantos años existían Fondos Comunitarios para este menester. ¿O es que la carretera de Matilla a
Salamanca goza de BULA la que va por detrás de los Montalvos? Cada vez que está mal se adecenta y se crea un agravio comparativo, ambas
vías son de características similares.
Isidro para el vehículo y subimos un pequeño
monte. Arriba, se halla el LLANO.
Nuestro interlocutor es persona con buenos argumentos, tiene una buena formación intelectual y es de los que ha leído a Villar y Macías, un cronista que tiene trabajos realizados en los
pueblos de Salamanca.
Me dirijo a él y le digo. Isidro, de verdad, no entiendo porque el municipio se llama
Villalba de los Llanos, si no está en un llano.
Me responde señalando con su dedo índice la extensión del LLANO.
“Este lugar que aquí divisas, denominado el LLANO, fue escenario donde los Enríquez, posiblemente, entablaron luchas y gestas, propias de la época”.
Existe una hipótesis, no escrita, aunque compartida y razonada por ambos, que de aquí, pudo coger el actual nombre y se ubicaran las viviendas de los primeros moradores.
RODRÍGUEZ PEÑA