Bien asentada sobre el afloramiento pétreo tiene sus cimientos la casa de pizarra al descubierto, sin embargo su cubierta hace tiempo que cayó, y tiempo atrás sus propietarios en soledad la dejaron. Qué fue de ellos? ¿Cuando y dónde marcharon? Poco importa ya. El pueblo queda sin gente, las calles solitarias, la escuela sin alumnos y la iglesia sin feligreses. Las casas solas sin que nadie de ellas se ocupe, en pocos años sufren las consecuencias de la climatología y de su vejez.